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“18 de julio”

Un artículo de Adolfo Alonso

Atlante.
Atlante.
Fue un buque prisión en Menorca durante la Guerra Civil.

Por estas fechas de julio de hace 88 años mi tío Ángel, estaba haciendo una guerra civil a tiempo parcial o de jornada reducida. Básicamente se levantaba por la mañana, cogía su bicicleta y un fusil, subía hasta el Cuartel del Regimiento Simancas, alzado en armas, pegaba cuatro tiros, pasaba un rato y se volvía a casa. Mi tío era poco constante.

 

En el mes de septiembre del año siguiente, también se cansó de pegar otros cuatro tiros contra las tropas de Franco que entraban en Asturias tras la rendición de los gudaris vascos a los que los asturianos habían  ayudado en Bilbao, y se volvió a casa, hasta que lo cogieron y lo mandaron preso al hostal de San Marcos de León.

 

A mi abuelo le hicieron una broma, cuando entraron las tropas de Franco, además de quemarle la “motora”, que le servía para ganarse la vida, le pusieron delante de un pelotón de fusilamiento , y dispararon solo que habían quitado antes las balas. Ellos se rieron mucho, mi abuelo no se rió nada.

 

Las cosas para la familia no terminaron aquí. Como la casa estaba en la costa, y el barco Almirante Cervera estaba bombardeando para ayudar a los sublevados,  un disparo se quedó corto para el cuartel pero acertó en la casa de mis abuelo y la hizo saltar por los aires. No contentos con esta, a mi madre, en Octubre de 1.937, la embarcan, la convierten en una “niña de la guerra” acaba en Puigcerdà, y después en Barcelona, acogida por una familia, con tan mala suerte que un día bombardean la Ciudad Condal y la metralla se le empotra en un hombro.Le dejó una cicatriz grande que nunca le desapareció.

 

Y las paradojas y las vueltas de la historia siguen. Cuando regresaron los jesuítas después de la expulsión, recibieron las ruinas del Cuartel del Simancas, y en él montaron un colegio. Jamás nos hablaron de la Guerra Civil a pesar de que tenían un museo en la escuela sobre el cuartel, que nunca nos llevaron a visitar. Estaba cerrado. Ni se podía entrar. Incluso contrataron como profesor a un tío mío tras salir de la cárcel después de la condena de 20 años que tuvo que cumplir por ser profesor miembro activo del partido comunista. 

 

A un primo político de mi padre, policía republicano, le fusilaron los franquistas en la esquina de lo que sería la pista de baloncesto de mi colegio, y, siguiendo con los Jesuítas, su iglesia se había convertido en una prisión después de la rendición del cuartel. De allí sacaron a alguno a la playa próxima para fusilarlo y en la iglesia del colegio estaban las cenizas de los muertos en la defensa del cuartel.

 

Nunca me molestaron ni los monumentos, ni las listas ni los nombres ni los muertos ni a día de hoy me molestan. No sé si se conserva aún el monumento o no en la iglesia. Sí sé que quitaron uno que había fuera, bella obra de arte por cierto.

 

Cuento todo esto porque ha llegado el 18 de julio. Nuevamente vuelvo a abrir un periódico y me encuentro con fotos de restos humanos, de personas víctimas de aquella tragedia enorme del 1936-1939. Me da la impresión de que se está haciendo un debate erróneo de lo que pasó, con mitificaciones, idealizaciones y resurrecciones del pasado, sin tener en cuenta lo que fue la vida de cada familia y de cada uno de sus miembros. Creo que no hay que idealizar ni que mitificar para poder resolver una cuestión que 88 años después ya debería estar olvidada por nuestros políticos.

 

La vida es mucho más simple cuando bajamos a ámbitos más pequeños, y tiene una lectura más comprensible y menos virulenta. Y aún podemos hacerlo, porque con nosotros tenemos todavía a personas que oyeron hablar de aquello directamente en sus reuniones familiares.

 

Es bueno hablar y no olvidar, pero desde la neutralidad de los que no vivimos aquello, porque ya es historia. En Menorca se habla poco o nada de la intrahistoria , la pequeña historia familiar, de la Guerra Civil en la isla, y en Mallorca se ha organizado una gorda con el President del Parlamento de Vox y la foto de Aurora Picornell. En realidad Vox pierde la paciencia o los papeles con modos inapropiados muchas veces.

 

Todo el mundo tiene derecho a que aquellos de los que proviene, estén en un sitio digno y con orgullo. Pero también todo el mundo tiene derecho al respeto de todos los otros y a la memoria serena y quieta. Respetando el derecho a la dignidad familiar, íntimo y gratuito, o sea, no subvencionado. Por esta regla de tres deberíamos dinamitar la universidad laboral del falangista Girón de Velasco de Gijón como los talibanes dinamitan budas.

 

El 17 de Julio de hace 88 años , se produjo un choque en los cuarteles de Ceuta entre los oficiales. El 18 se va ampliando. No nos engañemos históricamente, la diferencia estuvo en una cuestión de calendario. Las posiciones de enfrentamiento civil que se vivía en la sociedad española desde 1.812 unido a las desigualdades sociales, la ignorancia, y el choque ideológico internacional ya habían generado en 1.934 una revolución. La polarización del odio reciproco en dos bandos estaba. Había rojos y fascistas. Y era una división social antigua, por lo tanto, solo era una cuestión de tiempo. Fue en 1.936 como podía haber sido  en 1.940 ó en 1.944 y esta tragedia se llevó por delante una república democrática e intelectual, que intento modernizar el país y acabar con el fanatismo y la intolerancia desde la libertad. 

 

Esa libertad estaba muerta desde el año 1.934. En aquellos tiempos solo le habría sido posible resistir  si la republica hubiera aguantado y hubiéramos entrado en guerra junto con Inglaterra y Francia. NI Hitler ni Stalin, habrían permitido una España republicana liberal. Las democracias occidentales, dejaron sola a la democracia española, y entraron las dictaduras al campo de batalla con dinero, y hombres. No hubo una “Legión Cóndor” en la República. Hubo unas Brigadas Internacionales, de voluntarios civiles, irrelevantes política y militarmente , potenciadas por la agitación del partido comunista.

 

Mi propuesta es pensar en términos de intrahistoria, y saldremos de la dialéctica de dos bandos en la que otra vez estamos metidos.

 

En aquel verano, después del pensamiento de “¿Coño  qué es esto?”, o “¿y ahora qué hago yo?”,  cada uno se vio enfrentado a una decisión personal individual, por miedo, por odio, por supervivencia, por estar implicado políticamente en los años anteriores, por no tener marcha atrás, por razones sociales, económicas, o por cualquier otra razón intima. Pero no se puede hablar de demócratas, rojos, fascistas, porque aquí demócratas eran cuatro. Azaña, Sánchez Albornoz, Besteiro y otro. Carrillo, Pasionaria, Sánchez Mazas, Durruti, Girón, Hedilla, Ridruejo, Prieto, Largo Caballero, El Campesino, la FAI, el POUM, la FALANGE y JONS, el PCE, el PSOE, el CARLISMO, estaban más en la línea de la revolución y la destrucción de las democracias liberales, por los medios que fueran. 

 

  Lo de la bici de mi tío Ángel y su posterior deserción del frente, parece más un “bien queda”, que una convicción política, pero le llevó a la cárcel como le podía haber llevado al fusilamiento si le pillan; y así todos y cada uno de los actores. Dos centímetros hacia la derecha en mi madre y yo no existiría hoy ni mis descendientes. Lo del Brigada Marqués en Menorca ¿por qué fue?.  Lo de la Logia Pitágoras en Palma ¿por qué fue? ¿Qué pensaron? ¿Qué motivaciones tenían los protagonistas? ¿Por qué lo hicieron? ¿Por libertad? ¿Por democracia? ¿ Por miedo? ¿Por odio? ¿Por alcohol?

 

De la suma de esas decisiones individuales y familiares, de la intrahistoria, salió todo aquello: los asesinatos, los ajustes de cuentas encubiertos por motivos políticos de pequeños odios de pueblo, el fusilamiento de sacerdotes o la ocultación y salvaguardia de otros sacerdotes y las consecuencias posteriores de exilio, la represión.

 

La historia es caleidoscópica de la intrahistoria, que es la de verdad pero que no se cuenta ni se habla. Crucemos historias familiares en una cena, y veremos que la esencia es la misma sea cual sea el bando.

 

La discusión política de hoy, no tiene nada que ver con la democracia de ayer. Claro que si, por supuesto, que se recuperan los restos de todos los asesinados, todos por igual. Tiene que ver con la dignidad de ser humano y con la historia de las familias. No los utilicemos hoy desde una perspectiva de revancha o de enfrentamiento ni de bandos, ni de buenos ni malos, y menos en la política que estamos viviendo hoy. Dejemos a los muertos en paz. No es hora de memoria como lucha política sino de olvido como paz. 

Es hora de olvidar, sano olvido, y desactivar. Aquello de “rojos” y “fascistas”, no es un dialogo admisible 88 años después. Si como sociedad en conjunto no somos capaces de seguir encajando esto en paz, no nos van a ayudar nada algunos políticos.

 

Dejemos a los ciudadanos en paz, dejemos a los muertos  en paz, ya pasó , y  hagámoslo entre todos bien.

 


Comment

  1. … creo que te equivocas… cuando decimos rojos o fascistas ahora, nos referimos a los rojos y a los fachas de ahora, no a los de entonces… no podemos olvidarlo, porque las nuevas generaciones se empeñan en replicarlos… cosa que es harto estúpida, cierto es…

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