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Los tesoros del fondo del mar menorquín

Repasamos algunos de los lugares que todo submarinista debería visitar en la isla

Todo un mundo por ver mientras aguantas la respiración
Todo un mundo por ver mientras aguantas la respiración
Foto: Pixabay

Menorca, la joya balear conocida por sus playas y paisajes impresionantes, es también un destino destacado para los amantes del buceo y el esnórquel. Las aguas cristalinas de la isla ofrecen una excelente visibilidad, revelando un mundo submarino lleno de vida y secretos históricos. Desde pecios cargados de historia hasta cuevas submarinas y áreas de conservación, el fondo marino de Menorca es un tesoro a explorar.

Entre los pecios más fascinantes se encuentra el Malakoff, un carguero francés hundido en 1929 cerca del Faro de Cavallería. Este naufragio se encuentra a una profundidad de aproximadamente 40 metros y es un sitio imprescindible para buceadores experimentados, que pueden explorar sus restos y la rica vida marina que lo rodea. Otro naufragio destacado es el Francesca, un carguero italiano que se hundió en 1952, ubicado cerca del puerto de Mahón y también a unos 40 metros de profundidad. Para aquellos que buscan una experiencia más accesible, el Ocean Diver ofrece una inmersión más sencilla, al haber sido hundido artificialmente para crear un arrecife que atrae a una diversa gama de vida marina.

Las formaciones naturales también son un gran atractivo para los buceadores. La Cueva de La Catedral, ubicada en la costa sur, es famosa por sus estalactitas y estalagmitas que crean un espectáculo visual inigualable. Para los aventureros, el Pont d’en Gil en la costa oeste, cerca de Ciutadella, ofrece una mezcla de arco natural y cueva submarina, combinando impresionantes formaciones rocosas con la claridad de sus aguas.

Menorca no solo ofrece pecios y cuevas, sino también reservas marinas de gran biodiversidad. La Reserva Marina del Norte de Menorca es un área protegida donde se pueden observar meros, pulpos y bancos de peces de colores, en un entorno prístino. La Illa de l’Aire, una pequeña isla al sureste de Menorca, es otro punto de inmersión destacado, conocido por sus aguas transparentes y la abundante vida marina.

No podemos olvidar mencionar la importancia de las praderas de Posidonia oceánica, una planta marina endémica del Mediterráneo. Estas praderas son esenciales para la biodiversidad y actúan como refugio para numerosas especies, convirtiendo las aguas de Menorca en un paraíso para los observadores de fauna marina.

Lugares como el Cabo de Favàritx, con sus formaciones geológicas y fauna diversa, completan la oferta submarina de Menorca. Ambos sitios ofrecen una experiencia única, permitiendo a los buceadores explorar tanto la rica historia subacuática de la isla como su vibrante ecosistema.

Para los aficionados al buceo, Menorca es un destino que promete aventuras inolvidables bajo el mar, donde cada inmersión revela nuevos tesoros y paisajes de ensueño.


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