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Las bodegas de Menorca se apresuran a vendimiar

El anuncio de lluvias motivó que casi todas las explotaciones comenzaran a recoger los mejores frutos y ahora esperan a que se seque la tierra para acabar el trabajo

En su punto
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Foto: Pixabay

Este año, las bodegas de Menorca han adelantado su vendimia en respuesta a las inusuales condiciones meteorológicas. La recolección de las primeras variedades de uva blanca, que normalmente marca el inicio de la campaña, comenzó de manera más acelerada que en temporadas anteriores, influenciada por las previsiones de lluvia y las tormentas que se desataron a mediados de esta semana.

El jueves pasado, una fuerte tormenta recorrió la isla, llevando a las bodegas a apresurar el proceso de recolección. En este sentido, el cambio de tiempo previsto por los meteorólogos ha sido determinante para que muchas fincas decidieran adelantar la vendimia, asegurándose de recoger los frutos en su punto óptimo de maduración antes de que las lluvias pudieran afectar negativamente la calidad de la uva. Por suerte esta vez la DANA no ha traído granizo que haya echado a perder la fruta.

Sin embargo, la vendimia no ha concluido. Las recientes lluvias han dejado la tierra húmeda, lo que ha llevado a las bodegas a pausar la recolección por unos días, esperando que el terreno se seque lo suficiente para continuar con la tarea. Este parón es crucial, ya que el estado del suelo puede influir significativamente en la calidad de la cosecha. Una vendimia en terreno mojado podría dañar las viñas y afectar el futuro rendimiento de las plantas. La humedad puede llevar consigo la aparición de hongos que ponen en riesgo la salud vegetal y que, de tratarse, obligarían a que la uva no pudiera utilizarse para elaborar vino.

Además del adelanto en la recolección de uvas blancas, este año se ha observado un incremento en la vendimia de variedades tintas. Este fenómeno responde al creciente interés de las bodegas menorquinas por la producción de vinos rosados, una tendencia en alza que refleja la diversificación en la oferta vinícola de la isla.

La relación entre el tamaño de la uva, su punto de maduración y el momento de recolección es clave para la obtención de vinos de alta calidad. Las bodegas de Menorca lo saben bien y, conscientes de que no pueden competir en volumen con las grandes empresas vinícolas del continente, centran sus esfuerzos en producir vinos de excelencia. Este enfoque en la calidad es lo que les permite destacar en un mercado limitado por el espacio disponible para el cultivo.

En los últimos años, se ha registrado un aumento constante en el número de hectáreas dedicadas al cultivo de uva en Menorca. Sin embargo, dado el tamaño acotado de la isla, existe un límite natural al crecimiento de este sector. Aunque es difícil prever hasta dónde puede llegar esta expansión, es probable que en algún momento el número de hectáreas plantadas y la cantidad de botellas elaboradas se estabilicen.

A pesar de estas limitaciones, el vino menorquín ha ganado popularidad, y cada vez es más común encontrarlo en las cartas de los restaurantes locales. La producción, aunque modesta en comparación con otras regiones, se ha consolidado como un pilar importante de la economía de la isla, contribuyendo al desarrollo sostenible y a la preservación del paisaje rural.

La vendimia de este año en Menorca ha estado marcada por la necesidad de adaptarse rápidamente a las condiciones meteorológicas. Las bodegas, con un ojo siempre puesto en la calidad, han reaccionado de manera ágil para proteger su cosecha y continuar ofreciendo vinos que son el orgullo de la isla. Según la finca, la vendimia puede alargarse aún varias semanas en las que observar los cambios en la meteorología serán claves.


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