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“Articulistas y periodistas”

Un artículo de Adolfo Alonso

Imagen de libros.
Imagen de libros.

Entre los obituarios de escritores me encuentro con los de Almudena Grandes, 27 de Noviembre de 2021 Noah Gordon,  Antonio Escohotado y Anne Rice. Almudena  se fue con 61 años de edad, o sea cuando “las edades de Lulu”, su primera obra, aún no habían terminado. No sé muy bien si “Lulu” era un personaje o era Almudena hecha personaje, pero marcó su carrera, para bien de todos. A esta obra le siguieron “Te llamaré Viernes”, “malena es un nombre de tango”, “Atlas de la geografía humana”, “Castillos de cartón”, y más, y especialmente para mí  los “episodios de una guerra interminable”. Almudena era grande por méritos propios y por apellido, Galdosiana post moderna, deudora de Emilia Pardo Bazán, analizó la sociedad del pasado y la del presente. Para la del pasado, especialmente la sociedad de la republica y el franquismo reservó más la novela como género, y también lo hizo así para su dimensión no solo de izquierdas sino feminista. Pero para la del presente y durante décadas expresó sus opiniones sobre temas de actualidad, personales, sociales y políticos que ofreció en programas radiofónicos y a través de sus artículos periodísticos. Y aquí es donde viene mi deuda con ella, en los artículos de periódico.

Se dice que los artículos periodísticos son un género literario en sí mismo, sustituyendo al recurso de las cartas o la literatura epistolar. Genero del siglo XIX, cartas imaginarias, y género que ya toqué deliberadamente, en mi obra  “filosofía desmitificada de la masonería. Cartas de Constant”.

Que yo escribiera artículos no es más que una sustitución del género epistolar y un paso adelante en el hacer de mi literatura, en corto, ante el “horror vacui” de una sola página en blanco que hay que cubrir de letras. El pánico total de iniciar una novela.

Mientras consigo vencer mi terror reverencial a la pagina vacía, escribo y aprendo de los grandes, periodistas y articulistas. El verano va mejor para enviarles a ustedes mis sugerencias de lectura, a la sombra y la hora de la siesta.

Uno aprende con los grandes articulistas, como digo, entre los que está Almudena que hoy recuerdo.  Pero no es la única.

La fusión entre periodistas y escritores ha sido muy fértil y lo es hoy. Decía el Periodista polaco Ryszard Kapuscinski que «Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias», esto es lo que yo intento en mis artículos, ser buena persona y comprender las intenciones, los intereses , los problemas y las tragedias y por ellos retratar mi época mediante palabras y pensamientos. Como hombre de mi tiempo, político frustrado, soy como un viejo maletilla de espontaneo del tardo franquismo pero en escritor en vez de torero. Me preocupa lo que pasa en mi mundo y especialmente en el más próximo. Como vengo de la pobreza marxiana, Groucho, voy de capea en capea, de tienta en tienta bajo la luna llena, en dialogo con las estrellas y con el toro negro tinta, de articulo en artículo, de maestro en maestro, aprendiendo a leer y a escribir, con lo que pasa cada día. Ortega y Unamuno, utilizaban también la literatura como una forma de expresión de la filosofía. Está presente en mis artículos. Entre filosofía y literatura me comunico con ustedes. Aquí estoy, intentando llevarle al final del articulo querido lector.

Ahora que la filosofía vuelve una vez más a la política, de la mano de Salvador Illa, en Cataluña, también pretendo que llegue a ustedes, modestamente, desde la literatura y los artículos.

Mi primer  contacto personal con un articulista fue con Cesar de Navascués, del ABC, hijo de González Ruano, además ahí están Baudelaire , Balzac, Dickens , Whitman o en España, Larra y Mesonero Romanos, Bécquer, Leopoldo Alas «Clarín», Galdós, Emilia Pardo Bazán, maestra de Almudena, Carmen de Burgos, Corpus Barga, Josep Pla, Víctor de la Serna, Sánchez Mazas, Pemán, Mariano de Cavia, Julio Camba… Pero el verdadero «boom» en nuestro país se produce durante la Transición. Hoy, los columnistas mantienen su estatus dentro de los medios. Ignacio Camacho firma de ABC reflexiona sobre el articulismo ideológico, y político, más que literario. El mío es más literario que político, y esto me permite ciertas licencias estilísticas y trucos literarios de fondo. Para la escritora Elvira Lindo , columna dominical en El País «tal vez la crisis económica ha hecho crecer el número de columnistas en detrimento del puro periodismo, que es más caro. Esta cuestión es grave porque los columnistas somos mejores cuando nos alimentamos de la noticia o del reportaje . Si nos dedicamos a colegiar o a polemizar entre nosotros contribuimos a crear un universo cerrado y estéril. La columna es una parte del periodismo, y ahora hay un exceso de opinión, todo es opinión. En España está muy ligada a la personalidad de quien escribe, por eso entiendo que hay que tener el ego contenido. No todo el mundo lo consigue. Yo procuro plantearme la columna como un relato para llevar al lector al final del viaje sin que se me escape”.

Pienso que todos los escritores , profesionales o aficionados, los que hacemos el artículo periodístico como género literario, además de cómo análisis de nuestra realidad de presente, somos deudores de Francisco Umbral , de Anson, de Arcadi Espada, de Juan Manuel de Prada, de Miguel Delibes, de Ortega y Gasset, de Unamuno, de Baroja, de Rosario Acuña, o de Jordi Ribera.

En esta clave literaria le pido que entienda mis artículo. En la misma en la que se movió Almudena Grandes, y disfrutar, en 1.055 palabras del impresionismo literario que intento trasmitirle.

Almudena Grandes, y otros, nos recuerdan la influencia perdurable que los articulistas y periodistas tienen en nuestra sociedad. Su legado literario y su labor periodística continúan inspirando a las generaciones actuales y futuras, dejando un impacto en el panorama cultural. Es importante celebrar su contribución y recordar su aportación a la vida intelectual y literaria. Que su legado perdure como fuente de inspiración y aprendizaje para todos los que apreciamos el poder de la palabra escrita.


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