En una isla como Menorca, donde las distancias son cortas y el paisaje invita a ser explorado, la bicicleta se presenta como el medio de transporte ideal. Un estudio de 2022 realizado por Ipsos destaca que la bicicleta no solo es el medio de transporte más valorado en España, sino también a nivel mundial, superando a opciones como el automóvil y la motocicleta. En Menorca, este medio de transporte no solo se destaca por su popularidad, sino también por sus beneficios tanto para la salud como para el medio ambiente.
Beneficios para la salud y el medio ambiente
El estudio revela que un 74% de los españoles tiene una opinión favorable sobre la bicicleta tradicional, una cifra que sitúa a este medio de transporte por encima de las bicicletas eléctricas (71%), automóviles (67%) y motocicletas (60%). Uno de los principales atractivos de la bicicleta es su impacto positivo en la salud. Pedalear activa la circulación, mejora la condición física y contribuye a mantener un estilo de vida saludable. En una sociedad cada vez más consciente de la importancia de la actividad física, la bicicleta se convierte en una excelente opción para combinar ejercicio y movilidad diaria.
Además de los beneficios para la salud, la bicicleta es un medio de transporte ecológico y eficiente. Según el estudio, el 85% de la población mundial considera que la bicicleta juega un papel clave en la regulación del tráfico y el 86% cree que es fundamental para reducir las emisiones de carbono. En un contexto global donde la lucha contra el cambio climático es una prioridad, optar por la bicicleta en lugar del automóvil no solo reduce la huella de carbono personal, sino que también contribuye a disminuir la contaminación y la congestión en las vías.
Menorca: un terreno perfecto para la bicicleta
Menorca, con su geografía de distancias cortas y su red de caminos y senderos, es un lugar ideal para desplazarse en bicicleta. La isla ofrece una gran variedad de rutas que permiten explorar tanto sus playas como sus paisajes rurales de una manera sostenible y en contacto directo con la naturaleza. Además, la creciente adaptación de la infraestructura local ha facilitado aún más el uso de la bicicleta. Por ejemplo, algunos autobuses en la isla están equipados para transportar bicicletas, lo que permite combinar el transporte público con el ciclismo y llegar a destinos más lejanos sin recurrir al coche. ¿Se acuerdan de Joan Riudavets, el menorquín que llegó a ser el abuelo del mundo con sus 114 años? Sí, era un gran usuario de la bicicleta.
Para aquellos que consideran que la topografía de Menorca, con sus colinas y pendientes, podría ser un obstáculo, la bicicleta eléctrica se presenta como una solución ideal. Las bicicletas eléctricas, que cuentan con un motor auxiliar para ayudar en los tramos más difíciles, hacen que el ciclismo sea accesible para personas de todas las edades y condiciones físicas. Esto significa que una cuesta pronunciada ya no es un problema, permitiendo que más personas puedan disfrutar de los beneficios del ciclismo sin preocuparse por las limitaciones físicas.
El papel de la bicicleta en la infraestructura urbana
El estudio de Ipsos también pone de manifiesto que en más de la mitad de los países encuestados, una mayoría de ciudadanos está a favor de dar prioridad a las bicicletas sobre los automóviles en los nuevos proyectos de infraestructuras urbanas. Este dato es especialmente relevante para Menorca, donde la bicicleta no solo se utiliza para el ocio, sino también como un medio de transporte diario. A medida que crece el número de personas que optan por la bicicleta, la infraestructura de la isla también debe adaptarse para garantizar la seguridad y comodidad de los ciclistas. Hay más carriles bici que antes, aunque siguen siendo insuficientes para el aumento de la demanda.
Una opción que sigue ganando adeptos
A pesar de los muchos beneficios de la bicicleta, el estudio también revela algunos desafíos. Por ejemplo, en España, un 73% de la población cree que los ciclistas no respetan las normas de circulación, lo que sugiere la necesidad de una mayor educación vial tanto para ciclistas como para conductores. Además, un 60% considera que practicar ciclismo en su zona es demasiado peligroso, lo que subraya la importancia de mejorar la infraestructura y las condiciones de seguridad para los ciclistas. Podemos indicar que carreteras como la de Maó – Fornells es de prioridad para los cicloturistas pero eso sólo no basta.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, la popularidad de la bicicleta continúa en aumento. En España, un 6% de la población utiliza la bicicleta para desplazamientos cortos y un 8% para ir al trabajo o lugar de estudios. Aunque estas cifras pueden parecer modestas, reflejan un cambio en la forma en que las personas se mueven en su día a día, especialmente en entornos urbanos y en lugares como Menorca, donde las condiciones son favorables para el ciclismo. En temporada media (mayo y octubre) la bicicleta gana protagonismo en las carreteras, atrayendo a turistas amantes del deporte en contacto con la naturaleza.