Vuelven a subir las temperaturas en la parte final del mes de agosto. Quienes comparten su vida con una mascota deben estar especialmente atentos a los efectos del calor. El verano, con sus altos niveles de temperatura, puede ser una época complicada para nuestros animales, ya que, a diferencia de los humanos, ellos no regulan su temperatura corporal de la misma manera. Esta diferencia puede hacer que las mascotas sufran más con el calor, lo que podría tener consecuencias graves si no se toman las precauciones adecuadas.
Alimentación y hidratación: dos claves esenciales
Durante el verano, es fundamental ajustar la alimentación de nuestras mascotas. Dado que el calor puede hacer que los animales pierdan el apetito, es recomendable ofrecerles comida en las horas más frescas del día, como temprano por la mañana o al anochecer. Además, es importante consultar con un veterinario para considerar un cambio en su dieta, aumentando la proporción de comida húmeda. Esto no solo ayuda a mantener a las mascotas bien nutridas, sino también a hidratarlas, algo crucial en los días más calurosos.
No olvidemos que la hidratación es vital. Es fundamental garantizar que nuestras mascotas tengan acceso a agua fresca y limpia en todo momento. Tanto en casa como cuando salimos de paseo, es esencial llevar siempre un bebedero portátil y suficiente agua para evitar la deshidratación.
Cuidado del pelaje: mucho más que una cuestión estética
El pelaje de perros y gatos juega un papel crucial en la regulación de su temperatura corporal. Durante el verano, es importante mantener una rutina regular de cepillado para eliminar el pelo muerto que, de lo contrario, podría impedir que el animal se refresque adecuadamente. Además, después de un baño en el mar, es importante enjuagar a la mascota con agua dulce para eliminar la sal, que puede irritar su piel.
Protección contra el sol y las altas temperaturas
El golpe de calor es una de las principales amenazas para la salud de nuestras mascotas en verano. Es crucial no solo evitar que se sobrecalienten, sino también conocer los síntomas de un golpe de calor para actuar rápidamente si es necesario. Algunos de los signos incluyen respiración rápida, letargo, encías enrojecidas y, en casos graves, pérdida de conciencia.
Además, la protección de la piel y las patas de nuestras mascotas es fundamental. El pavimento caliente puede causar quemaduras en las almohadillas de sus patas, por lo que es recomendable evitar los paseos en las horas de más calor. También existen cremas específicas para proteger áreas sensibles como la nariz y las orejas, especialmente en mascotas de pelaje claro.