La lluvia pudo con los actos con los caballos en Maó, pero no con las ganas de fiesta de los vecinos de la ciudad. Cuando despejó el cielo, los mahoneses salieron a la calle en tropel para aprovechar al máximo la fiesta de Gràcia. Quizás no había caballos ni samba, pero los residentes se montaron una gran celebración absolutamente improvisada. De entrada, la charanga Idò Sí salió a media tarde para realizar un ‘pasabares’, que viene a ser un pasacalles con paradas en los principales bares del centro de la ciudad. La policía local les iba abriendo paso y una multitud les seguía porque las ganas de fiesta emergían tras una mañana triste aguada por la lluvia. Al acabar el ‘pasabares’ la multitud se fue a los locales en donde sonaba la música que les era más afín. Que la fiesta estaba en la calle corrió como la pólvora y aún salieron más mahoneses para festejar el día grande de Gràcia. Se abría la puerta a un gran tardeo. Con música, pomada y cerveza, la celebración se alargó hasta la noche.
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