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“¡Qué no te la den con queso!”

Un artículo de Jaume Santacana

Queso Mahón-Menorca.
Queso Mahón-Menorca.

Felicítenme ustedes porque estoy de enhorabuena: me han regalado un queso. Así, tal como lo leen. Desde mi niñez he sentido una gran pasión por este manjar tan apetitoso, atractivo y, si me apuran, nutritivo. Se tiende a pensar en conceptos universales que preocupan a la humanidad: el trabajo, las relaciones amorosas, el dinero, la vivienda, la salud, el reconocimiento y el éxito, la libertad, la inseguridad ciudadana o la paz interior; se busca la felicidad, se desea conservar algo, cambiar o, a veces, desaparecer, quitarse miedos para sentirse libres, avanzar en una dirección nueva para encarar un nuevo e incierto futuro, notar los pequeños cambios que ayudan a adaptarse a los cambios más trascendentales que están, aún por llegar… y tantas y tantas otras menudencias de la vida. Pero, ¿y el queso?

Allá por el año 8000 a.C., un buen día, un pastor, probablemente un mercader árabe, consiguió domesticar el primer cordero; el primero que se dejó. Este personaje anónimo, a quien tanto debemos, cuidó con cariño a su casi mascota hasta que le llegó su hora (al cordero, no al pastor). Muerta la bestia y, con el fin de guardar algo de su cuerpo para recordarla toda la vida, el pastor manipuló su estómago y, con su piel (la del estómago del cordero, claro), confeccionó un cuenco con el que poder beber cómodamente. Al pastor le encantaba la leche de camello, pero la que más le gustaba era la de vaca. Un día, antes de tomarse su porción de leche nocturna, un ruido en el establo le obligó a atender un parto de una ternera. El esfuerzo le agotó y se fue al catre olvidando su cuenco de leche. A la mañana siguiente su sorpresa fue mayúscula al ver que en el cuenco de leche olvidada había una masa extraña: la leche se había coagulado y fermentado (debido al cuajo del estómago del cordero y a las altas temperaturas de aquella zona). Acababa de nacer el queso; lo que son las cosas, ¿verdad?

Disculpen ustedes el ligero repaso de historia que les acabo de ventilar pero mi frustrada vocación pedagógica acaba siempre por salir a la superficie.

El caso es que me gusta mucho el queso y que me han ofrecido uno; y yo lo he aceptado, como buen gentleman que soy. Se trata de un Stilton y ustedes, repletos de sana curiosidad, se preguntarán (o no): ¿Stilton? ¿De qué córcholis (u otra expresión contundentemente ibérica similar) estamos hablando? Tranquilos, yo se lo explico: al Stilton se le conoce (o no) como el rey de los quesos ingleses, The King of cheese, lo cual les indica claramente que nos referimos a un queso de Su Majestad, The Queen en su momento (en otras épocas, por ejemplo cuando yo nací, The King, por George VI y, actualmente, otra vez The King, por Carlitos, el de la Camilla). Es un queso azul elaborado con leche de vaca (35% de materia grasa, para los curiosos y los remilgados). De corteza enmohecida, tiene forma de tambor y posee una costra gruesa y sin grietas. Exhibe un hermoso color marfil cremoso —por definirlo de alguna manera— y se desarrolla en unas vetas azules que parten del centro hacia los bordes. Aviso: se le considera el queso con más calorías del mundo; y no es moco de pavo. Los ingleses, que de eso (y otras cosas) saben mucho, lo untan suavemente sobre biscuits, galletas dulces en las que la letra -u- no suena; suelen acompañarlo con un vino de Oporto o Sherry (Jerez)

Dicho lo dicho, una recomendación final: si no lo han degustado jamás, tómense en seria consideración el probarlo; búsquenlo, aunque ya les aviso que no les será fácil, pero ¡tampoco lo tiene fácil Donald Trump y puede dar el campanazo y ganar a la Kamala, que cosas más curiosas se han visto!

Un servidor, con un buen Stilton en casa, me siento más seguro.


Comment

  1. … saludos de otro admirador de quesos… pero en mi caso espero que los estadounidenses sensatos se decanten por Kamala Harris y den ostracismo al trumpetista del pelo amarillo, becario de las redes, populista colega de norcoreanos y de putines, asiduo de banquillos y ferviente cristiano que paga para ocultar sus deslices bajo la alfombra… queremos a la primera mujer presidenta de los USA…

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