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Anna Ferrer lanza “M’agrada espigolar”

Una canción que conecta con la tradición y la sostenibilidad y que también sale a la luz con un video

Anna Ferrer
Anna Ferrer
Foto: Menorcaaldia.com

Anna Ferrer ha presentado su nueva canción, “M’agrada espigolar”, acompañada de un vídeo que refuerza su mensaje de conexión con la tierra y las tradiciones rurales. La canción, que en su título hace referencia al acto de “espigar” —una práctica ancestral de recoger los restos del campo tras la cosecha—, es una llamada a una forma de vivir, pensar y cantar que se inspira en el mundo rural y en el respeto por los ciclos naturales.

El término “espigolar” tiene varios significados, todos relacionados con la idea de recolectar lo que queda después de una cosecha, tanto en sentido literal como metafórico. Tradicionalmente, espigar era una actividad llevada a cabo por personas con pocos recursos que recogían los restos de trigo, frutos secos u otros alimentos que los agricultores dejaban atrás. Esta práctica, más allá de su valor alimentario, simboliza el aprovechamiento y la reducción del desperdicio, una filosofía que hoy en día sigue viva gracias a iniciativas como Espigoladors. Esta organización sin ánimo de lucro promueve la recolección de alimentos no aprovechados para reducir el desperdicio y facilitar el acceso a alimentos saludables, a la vez que apoya a colectivos vulnerables, generando un impacto social transformador.

La canción de Ferrer recoge la esencia de esta tradición y la transforma en una obra musical que evoluciona desde una voz solitaria hasta un canto coral lleno de fuerza, con varias voces polifónicas que simbolizan la comunidad y la unión. El vídeo, dirigido por Juan y María, visualiza este viaje sonoro con imágenes evocadoras del campo y de las prácticas tradicionales, conectando todos los elementos descritos en la letra de la canción.

“M’agrada espigolar” es más que una canción; es un homenaje a las raíces, a la sostenibilidad y a una forma de vida que valora lo que la tierra ofrece y nos invita a reflexionar sobre el uso consciente de los recursos. Anna Ferrer logra así una pieza que no solo resuena musicalmente, sino que también impulsa un mensaje de conexión con la naturaleza y la comunidad.


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