El reciente incremento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en productos esenciales, como el pan, la leche o el aceite, ha generado preocupación entre los consumidores, quienes temen un aumento considerable en el coste de la cesta de la compra. Tras haber disfrutado de una reducción temporal del IVA en estos productos, que se mantuvo al 0 % hasta el 30 de septiembre, ahora los ciudadanos se enfrentan nuevamente a un tipo impositivo del 2 %. Este cambio se aplicará no solo a los alimentos más básicos, sino también a otros productos que antes tributaban al 5 %, como la pasta o los aceites de semillas, y que ahora verán incrementado su IVA al 7,5 %.
La eliminación del IVA en ciertos productos básicos fue una medida temporal aprobada por el Gobierno para mitigar los efectos de la inflación, especialmente la derivada de la guerra en Ucrania y los conflictos en Oriente Próximo, que habían generado un aumento generalizado de los precios. Sin embargo, esta iniciativa llegó a su fin el pasado 30 de septiembre, lo que supone un nuevo desafío para las familias, quienes ya venían sufriendo el impacto de una economía golpeada por la inflación.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), esta subida del IVA se traducirá en un aumento de al menos 3 euros al mes en el coste de la cesta de la compra. Si bien esta cifra puede parecer pequeña, la situación se agravará en enero de 2024, cuando se espera que el IVA retorne a sus niveles habituales, lo que implicará un incremento aún mayor en el coste final de los productos.
Ante este panorama económico tan incierto, las familias menorquinas, al igual que muchas otras en todo el país, han visto cómo su poder adquisitivo se va erosionando, lo que aumenta su vulnerabilidad financiera. En Menorca, la Cooperativa de Consumo San Crispín, que cuenta con establecimientos en Alaior y Es Migjorn, ha reaccionado rápidamente a las preocupaciones de sus socios y de la comunidad local.
Una estrategia de precios cooperativos que atrae a nuevos socios
En respuesta a las dificultades económicas que enfrentan las familias, la gerencia de la Cooperativa de Consumo San Crispín ha implementado una medida que ha sido muy bien recibida: la creación de una lista de productos a Precios Cooperativos. Estos productos, seleccionados de acuerdo con las necesidades más apremiantes de los consumidores, se ofrecen a precios más bajos, con el objetivo de aliviar el impacto del aumento del IVA.
La presidenta de la Cooperativa, Bellys Esther, explicó en una reciente entrevista con Radio Menorca que esta iniciativa busca priorizar el bienestar de los socios y de la comunidad local, aunque eso signifique reducir los márgenes de beneficio en algunos productos. “Sabemos que esta medida supone un riesgo financiero para la Cooperativa, pero estamos convencidos de que es lo correcto”, comentó Esther. La respuesta de los consumidores ha sido notable, ya que la Cooperativa ha visto un incremento en el número de socios en los últimos días.
El modelo de Precios Cooperativos no solo ha ayudado a mitigar el impacto económico en la cesta de la compra, sino que también ha fortalecido el vínculo entre la Cooperativa y la comunidad. En los últimos meses, la venta de productos locales ha experimentado un notable aumento, lo que subraya el compromiso de la Cooperativa con el apoyo a la economía de Menorca. Además, la reciente inauguración de una nueva tienda en la calle Es Ramal de Alaior refuerza la expansión de este modelo de negocio solidario y sostenible.
Competencia con las grandes superficies: un desafío continuo
Aunque la Cooperativa de Consumo San Crispín ha logrado atraer a nuevos socios y fortalecer su presencia en la isla, la competencia con las grandes superficies comerciales sigue siendo un desafío constante. Los supermercados de gran tamaño tienen la capacidad de ofrecer precios competitivos gracias a sus economías de escala, algo que puede resultar difícil de igualar para pequeñas cooperativas locales.
Sin embargo, la estrategia de la Cooperativa de San Crispín se basa en una propuesta de valor diferente: no solo se trata de precios bajos, sino de un compromiso con la comunidad y con el consumo responsable. La venta de productos locales y la adopción de precios más justos para los alimentos básicos son iniciativas que apelan a un consumidor cada vez más consciente y preocupado por el impacto de sus decisiones de compra.
Este enfoque parece estar dando sus frutos, ya que el incremento en el número de socios de la Cooperativa es una señal clara de que los consumidores valoran el esfuerzo por mantener una cesta de la compra asequible y alineada con los principios de sostenibilidad y apoyo a la producción local.
En un contexto económico donde los precios de los productos básicos continúan subiendo, el modelo cooperativo de San Crispín se presenta como una alternativa viable para muchas familias menorquinas, que buscan proteger su economía familiar sin renunciar a la calidad de los alimentos que consumen. Mientras tanto, la Cooperativa seguirá apostando por políticas de precios que beneficien tanto a los consumidores como a los pequeños productores locales, consolidando su papel como una pieza clave en el tejido económico de Menorca.