Palma, 15 oct (EFE).- Baleares ha registrado 85 incendios forestales en lo que va de año, dos más que el año pasado hasta esta fecha, que han quemado 138,7 hectáreas, siete veces más que en el mismo período de 2023 cuando ardieron 19,5 hectáreas.
Solo los dos incendios en la Albufera de Mallorca, ocurridos el 28 de mayo y el 8 de octubre, han quemado 112,4 hectáreas, lo que representa el 81 % del total del área quemada en Baleares en lo que va de año, según los datos difundidos este martes por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, con motivo de la finalización de la campaña de alto riesgo de incendio.
Los datos de lo que va de año indican que ha habido 53 incendios en Mallorca, que han quemado 127,6 hectáreas (9,2 de ellas arboladas), 2 en Menorca que han quemado 7,6 hectáreas (todas sin árboles), 21 fuegos en Ibiza donde han ardido 3,1 hectáreas (1,5 arboladas) y 6 en Formentera con 0,29 hectáreas afectadas (0,27 arboladas).
Los siniestros de 2024 han sido principalmente producidos por negligencias, accidentes y causas intencionales (89 %), y el resto (el 11 %) por causas naturales (rayos).
En el balance de la campaña de riesgo alto de incendio, que comenzó el 1 de abril en las Pitiusas y el 15 de abril en Mallorca y Menorca, Agricultura ha señalado en un comunicado que el número de siniestros y superficie quemada están en la media anual de la serie histórica (1983-2023).
Sólo durante la campaña (desde el 1 de abril al 15 de octubre) se han quemado 128,8 hectáreas en Baleares, el 93 % de todo el año, y por encima de las 99 hectáreas de los diez últimos años; en 65 siniestros, el 80 % de todo el año, y también por encima de la media de 60 de la última década.
El 9 % de la superficie afectada es arbolada (principalmente en Mallorca), y el resto, desarbolada (carrizo y matorral).
Los cuatro incendios forestales más relevantes del año han sido el de Son Serra (en el municipio de Es Mercadal) del 12 de marzo, que quemó 7,5 hectáreas; el del torrente de Es Morts (en Son Servera) del 10 de abril, que quemó 4,2 hectáreas, y los dos incendios de la Albufera de Mallorca (en Sa Pobla) del 28 de mayo y el 8 de octubre, que quemaron 50,4 y 62 hectáreas respectivamente.
Meteorológicamente, la campaña de 2024 ha estado marcada por una sequía acusada debida al déficit de precipitaciones durante el otoño y el invierno, que se arrastró durante la primavera.
El índice de precipitación estandarizado (IPE) en el mes de marzo era de extrema sequía para las Pitiusas y muy seco para Mallorca y Menorca. Este hecho, junto con las temperaturas inusualmente elevadas de la primavera, obligaron a avanzar la época de riesgo alto de incendio forestal al 1 de abril en las Pitiusas y al 15 de abril en el resto.
El jefe del Servicio de Gestión Forestal del Govern, Joan Santana, ha destacado que “la rápida intervención de los medios de extinción, especialmente de los medios aéreos, ha hecho que la gran mayoría de los siniestros, el 89 %, hayan quedado en conatos de menos de una hectárea”.
Según la estadística oficial de incendios de los últimos quince años, la tendencia general en cuanto al número de siniestros en Baleares va a la baja, gracias a las actuaciones de sensibilización, conciencia del riesgo, educación ambiental y normativa en el uso del fuego.
Pero las perspectivas de riesgo de incendio van al alza, debido al incremento del factor de vulnerabilidad y de probabilidad de ignición por más población residente, más visitantes en zonas complicadas y más presencia de interfaz urbano-forestal.
El conseller de Agricultura, Joan Simonet, ha reiterado que la clave para luchar contra los incendios forestales recae en la autoprotección y la conciencia del riesgo en zonas de interfaz urbano-forestal, así como en las tareas de prevención de incendios y gestión forestal activa. Además, insistió en la importancia de la formación y educación permanentes en materia de prevención.
La Central de Comunicaciones de Incendios Forestales (CCIF) de la OIF ha atendido hasta septiembre casi 3.000 incidentes, entre avisos de quemas controladas, incidencias de fauna, falsas alarmas de advertencias de humo o fuegos agrícolas.
El dispositivo interinsular de extinción de incendios forestales (OIF), que funciona durante todo el año, se activa completamente durante la campaña estival de incendios. En 2024 unas 350 personas han participado en el equipo humano del operativo.