El paso del tiempo nos permite atar cabos con los comportamientos de las personas. Por ejemplo, de alguien normal a quien un juez haya llamado a declarar por sí cometió un delito de odio cuando destrozó una foto de mujeres asesinadas por los franquistas tras arrancarla del escaño de una diputada de la Mesa se espera que, antes del nuevo pleno en el que se tenga que debatir de lo mismo, se haya leído el Reglamento para no reincidir.
Por tanto, como el Reglamento no contempla que una camiseta solidaria con las víctimas de los franquistas sea motivo de expulsión, se deduce que Le Senne no se propuso respetar la norma como forma de evitar los riesgos que podrían terminar con su presidencia en el Parlament Balear.
Como la crisis de Vox en Illes Balears tampoco ofrece una garantía suficiente para asegurar su continuidad en el cargo, la prepotente osadía de Le Senne al expulsar a Garrido y Costa el 15 de octubre sin norma que lo permita me hace pensar en otra fecha, la del 24 de julio. Ese día, tras hablar con Felipe VI, declaró que “el rey había entendido perfectamente lo que ocurrió”, algo que, además de constituir una vileza de la peor especie, solo puede interpretarse como “aviso a navegantes” de la categoría del blindaje con el que se ha protegido.