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“¿Patria o muerte? ¿Por qué no patria y vida?”

Un artículo de opinión de Victoria Florit

(Foto: Pixabay)

Yotuel Romero, rapero cubano, lo explica así: PATRIA Y VIDA es la historia de como seis negros de barrio hicieron una canción y cambiaron la historia de un país. Seis negros y una chica de Madrid, su esposa, Beatriz Luengo, que estuvo en el origen de la canción y ahora explica, dirigiendo esta película, lo que pasó después. La película llega estos días a los cines españoles de 20 ciudades y se puede ver también en Movistar Plus+.

El videoclip de 2021 tiene 14 millones de visualizaciones  y 37.000 comentarios en YouTube. En otras redes más juveniles, como TikTok, se ha difundido aún más. Es una mezcla de rap y funky urbano con ritmos y estilo tropical, caribeño.

Para escándalo del régimen cubano, ha obtenido dos Latin Grammy:  a “Canción del año” y a “Mejor canción urbana”. Al recoger el premio, Yotuel dijo: “Doy gracias a Dios por hacer esto posible. Esto empezó en la cocina -dijo a su esposa, que con él empezó allí a componerla- ¡y mira dónde estamos ahora! Se lo dedico a todas las madres latinas”, dijo.

Pero Beatriz ya esos días era clara en sus declaraciones: ”Es una canción sobre derechos humanos y por cantarla hay personas presas”, decía. Y en la película insiste: ”Maykel Osorbo es un caso único en el mundo, el único músico preso por una canción que tiene dos premios Grammys”.  Fue condenado a 9 años de prisión, sin acceso al tratamiento médico que necesita, básicamente por difundir la canción. Luis Manuel Otero, artista de performance, fue condenado a 5 años. Los otros músicos que participaron físicamente en la grabación no pueden ni pensar en volver a Cuba.

Yotuel Romero salió muy joven de Cuba con poca cosa, incluyendo una camiseta con la palabra “Cuba” que 20 años después usaría en los grandes días de 2021. Le interesaba el rap, que en Cuba se veía como “propaganda del enemigo”, y lo quiso enriquecer con ritmos tropicales. Su grupo  Orishas triunfó en Europa. La película muestra la Plaza de Toros de las Ventas llena con ellos.

El pueblo en Cuba miraba a estos músicos como héroes, y el régimen no lo podía soportar. “Durante 18 años Cuba impidió entrar a Orishas, pero era evidente: lo que ellos enseñaban a todos los jóvenes, por la vía de los hechos, es que para triunfar con arte o música era necesario huir del país”.

Entonces llegó algo distinto, la mirada de Beatriz, una española artista, la esposa de Yotuel, una mirada desde fuera. Los cubanos estaban acostumbrados al eslogan machaconamente repetido por el régimen: “Patria o muerte, patria o muerte”. “¿Por qué ‘Patria o muerte’? ¿No puede ser ‘Patria y vida’?”

Sí, ¿por qué no podían ser esas dos cosas buenas, juntas? Y en ese momento en la cocina entre Beatriz y Yotuel empezaron a brotar los acordes y las letras del primer esbozo. Los músicos que aceptaron participar, en persona o en grabación online (con la pandemia era común grabar canciones con artistas conectando desde distintos países), entendían que era arriesgado. Los de Cuba lo pagarían muy caro.

En realidad es una historia que fue más allá de la música y tiene algo de espiritual. Ellos mismos lo dicen: de David contra Goliat, pero la honda es una simple canción valiente que fue prohibida y castigada, y que el pueblo cantó y canta aún cuando y donde puede.

La canción es muy cubana pero hay un núcleo que vibrará en cualquier país bajo una dictadura, especialmente comunista. En el comunismo la mentira lo absorbe todo. Por eso Solzhenitsyn pedía “vivir sin mentiras” no mentir a otros, no autoengañarnos, no creer ni repetir las mentiras del régimen. El núcleo de la canción insiste: “no más mentiras, mi pueblo pide libertad”. Además, como un signo profético, Beatriz descubrió esa noche, después de componer la canción, que estaba embarazada. ”Había vida en mí cuando compusimos Patria y Vida. Esa hija se llama Zoe, ‘vida’ en griego. Vida y verdad son una combinación explosiva. La cultura cristiana lo recuerda con las escandalosas y liberadoras palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida“.

La película nos explica lo que hacía el régimen con los artistas y con las familias. El decreto 349 censura el arte independiente. Vemos la  esperpéntica escena de policías vestidos con batas blancas para enfermeros, deteniendo y secuestrando artistas reunidos en su sede. Nos muestra además el punto del Código Penal que permite castigar a los padres, quitarles la patria potestad, si no inculcan, dice el texto “respeto a la moral comunista”. Los hijos se usan como rehenes para que los padres sean dóciles. También los de los que emigraron. El mismo Yotuel se educó sin padre y sin abuelo. Ambos se fueron al exilio. La falta de padres es otro clásico del comunismo

El videoclip de Patria y vida lo filmaron en una casa en ruinas: eso también era sintomático. Se difundió el 16 de febrero de 2021 y el 17 ya era viral y asustó al régimen.

“Esa luz no se puede apagar”, explica uno de los artistas, “porque está en los sentimientos”. El régimen comunista podía cortar internet en toda la isla, y lo hizo varias veces, pero la canción la cantaban los taxistas y la gente en las calles. Había pintadas de ‘Patria y vida’ en banderas, en balcones….

Las primeras frases de la represión fueron arrestos domiciliarios o vigilancias insistentes. Pero el 11 de julio de 2021 salieron a las calles de la isla cientos de miles de cubanos cantando la canción. Era la mayor protesta en 30 años. Era una generación más joven, con Internet (a ratos), y con mascarillas (por la pandemia). Muchos creyeron que el régimen podía caer. Pero el sistema no cayó. La represión fue sistemática y dura. Hoy se sabe que 381 manifestantes fueron condenados a penas de entre 5 y 25 años, incluyendo 38 menores de edad. Muchos otros esperan juicio.

Pero había pasado algo muy grande. Una canción había movido a un pueblo que llevaba 60 años paralizado. Lo sacó a la calle y le dio esperanza. Y las canciones, si son especiales, siguen viviendo e inspirando mientras a los dictadores se los lleva la vejez o la historia.

El documental es realista, cercano, íntimo. La primera mitad cuenta la génesis de una música. La segunda mitad, la represión. No necesita bandas sonoras de música épica: la épica es la del pueblo, y la de David contra Goliat. Por eso resuena en el corazón, y seguirá resonando.


Comment

  1. … “las canciones, si son especiales, siguen viviendo e inspirando mientras a los dictadores se los lleva la vejez o la historia.” esto es lo más bonito que has escrito hasta ahora… el resto del artículo, una triste historia que esperemos que con el tiempo cambie… en cuanto a las pinceladas confesionales, que aquí no pintan nada de nada, por mucho que algunos quieran meter la cuchara eclesial en el tema cubano, la bicha porque es un régimen ateo, resultan un poco patéticas, la verdad… el tema es político y económico, la espiritualidad es muy secundaria… ya logró el Vaticano, la otra dictadura occidental europea, que los hermanos Castro cedieran en cuanto al culto católico, así que menos darnos la tabarra victimista, que cansáis… En América hay demasiados viejos chochos que apuntan a demencia senil, desde Raúl Castro hasta Nicolás Maduro, que decía hablar con el espíritu de Chaves en forma de pajarito -un remedo de otro cuento similar en forma de espíritu santo colombófilo-, pasando por un Trump que está realmente mal de la cabeza, el instigador de asaltos a Capitolios y tal… en fin, esperemos que Cronos haga su trabajo y dejen paso a los jóvenes, necesitamos gente preparada y cuerda… y sin creencias religiosas que los condicionen, por favor…

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