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Un empleo con futuro en Menorca: el estudio de materiales

Los efectos del cambio climático en la isla afectan, por ejemplo, la consolidación de acantilados o el estado de inmuebles

Reforzando una estructura
Reforzando una estructura
Foto: Pexels

El estudio y la consolidación de terrenos adquieren una relevancia creciente en Menorca, donde las consecuencias del cambio climático impactan cada vez más en estructuras como acantilados, edificaciones y monumentos históricos. La reciente caída de una roca de grandes dimensiones sobre un edificio en el puerto de Maó, seguida por la retirada preventiva de otra, es un recordatorio alarmante de los desafíos que enfrenta el entorno insular.

El aumento de las temperaturas, las olas de calor más intensas y las lluvias torrenciales repentinas como las provocadas por las DANAs están acelerando procesos erosivos que afectan tanto a terrenos como a construcciones. Este panorama requiere la formación de profesionales especializados que, desde un enfoque interdisciplinar entre ciencia e ingeniería, puedan abordar estos problemas con soluciones técnicas sostenibles.

El proceso de consolidación: garantizar la estabilidad
La ingeniería lleva años trabajando en métodos para prevenir deslizamientos y hundimientos, y aunque las técnicas son complejas, la idea general es sencilla: reforzar el terreno y evitar que vuelva a ceder. Esto se logra trabajando en dos direcciones:
1. Fortalecer el suelo para que pueda soportar mejor el peso de lo que hay encima, como edificios o infraestructuras.
2. Rellenar y estabilizar posibles huecos o grietas en el subsuelo que, si no se tratan, podrían provocar derrumbes.

Etapas del proceso
Primero, los técnicos analizan cuidadosamente la zona. Esto incluye perforar el suelo (o pared) en diferentes puntos para entender cómo está compuesto, qué partes son más frágiles y si hay acumulaciones de agua que puedan debilitarlo. Con esta información, diseñan un plan para reforzarlo.

El siguiente paso consiste en rellenar las zonas inestables con materiales que solidifiquen el terreno. Imagina que el suelo es como un queso con agujeros: los expertos rellenan esos huecos con una especie de “pasta especial” que puede ser cemento u otros materiales resistentes. Esto no solo asegura el terreno, sino que evita que las grietas se expandan.

Finalmente, se revisa todo el trabajo. Los técnicos monitorean el suelo para asegurarse de que el refuerzo ha funcionado bien. Si detectan que aún hay áreas débiles, aplican más material o ajustan su enfoque.

Soluciones personalizadas
No todos los terrenos son iguales, así que las soluciones varían según el problema. Si los huecos están separados, se reparan uno a uno. Si las grietas tienden a extenderse, se crean soportes para frenar su avance. En zonas con capas de tierra muy variadas, se aplican refuerzos adicionales para garantizar que todo quede estable.

Aunque parezca algo técnico, estas intervenciones se realizan pensando en la seguridad de las personas y las construcciones, y pueden adaptarse a diferentes presupuestos y necesidades.

Prevención y sostenibilidad, el futuro en Menorca
Además de las reparaciones, es fundamental prevenir problemas futuros. Esto incluye instalar redes metálicas en los acantilados, construir muros de contención o sistemas para drenar el agua y evitar que se acumule y debilite el terreno.

La isla, conocida por sus monumentos talayóticos y su rica historia, necesita medidas de conservación que combinen tecnología y respeto al entorno. La consolidación no solo protege edificaciones actuales, sino que también asegura el legado cultural y natural para las generaciones futuras.

Este ámbito, cada vez más esencial, se perfila como una oportunidad para nuevos profesionales. Con referentes como el menorquín Manuel Elices, destacado en el estudio de materiales, se abre un campo laboral prometedor que abarca desde la investigación hasta la aplicación práctica, ofreciendo soluciones frente a los retos del cambio climático.


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