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“Prensa libre”

Un artículo de Adolfo Alonso

(Foto: PIXABAY)

El diccionario de la RAE define bulo como  noticia falsa con algun fin , y los sinónimos, mentira, engaño, embuste, patraña, habladuría, camelo, infundio, bola, trola , cuento,, paparrucha, chisme, rumor, voz, hablilla y filfa.

En 1.835 el periódico The Sun publicó que había hombres en la Luna. Los lectores se lo creyeron, quién iba a dudar. Esa es la primera Fake news o “bulo” publicado en la historia de la comunicación. Pero el primer gran artista del amarillismo y de los bulos, o la utilización interesada de la mentira y la agitación fue William Randolph Hearst que llego a montar un emporio de unos 28 periódicos, emisoras, revistas, con el único objetivo de usarlos para hacer dinero. Él fue el padre de la guerra de Cuba, y también intervino en la revolución mexicana. Tal era su fuerza que la película interpretada por Orson Wells, “Ciudadano Kane”, antología del cine , inspirada en su vida, fue boicoteada por los periódicos de su propiedad, prohibiendo mencionarla en sus páginas, y logrando que la película no fuese un éxito económico.

 

Yo, como he explicado, ando metido en la prehistoria para comparar al Australopitecos con el Homo sapiens sapiens.

 

Estoy impactado porque en un reciente congreso internacional celebrado este año en Asturias se ha llegado a la conclusión de que no hubo ni mamuts, ni uros, ni ciervos ni bisontes, ni todo lo que aparece en las pinturas rupestres de la cornisa cantábrica. La vegetación era arbórea en extremo y teniendo en cuenta los restos de huesos encontrados en unas 256 cuevas que abarcan hasta un millón de ejemplares, no había más que ardillas, de la subespecie “andarica asturica”. Las pinturas son producto del resultado de un viaje de un clan profesional. En lo que coinciden es que no les gustaba trabajar en la caza ni en la recolección y que se desplazó hasta los Alpes. Volvió y los pintó a orillas de algún rio o de alguna playa, como si fueran de verdad animales locales, y vendió sus dibujos como algo religioso o incluso como logotipos de identificación de clanes, a cambio de sexo, poder y dinero. Y así consiguieron el poder sobre sus comunidades creando la aristocracia.

 

El párrafo anterior ES TODO MENTIRA. Es un bulo que me acabo de inventar. Es un ejemplo  de cómo se puede fabricar. Y después el bulo se hizo historia y habitó entre nosotros.  Si yo repito este bulo en medios no científicos, se extenderá poco a poco y alguien dirá he leído que las pinturas son mentiras y es producto de una conspiración. Saldrán científicos y dirán: -Eso es imposible. Pero habrá un sector de la opinión pública que no les creerá y seguirán en la indemostrable conspiración. Se encontrarán nuevos argumentos para reforzar el bulo que ya no será  una tesis o una hipótesis científica.

 

No puedo decir que en la prehistoria hubiera bulos, simplemente porque no sabían escribir, pero algo debía de haber cuando  Dios le dicta a Moisés, miles de años después, ya en la historia y fuera de la prehistoria, las Tablas de la Ley en el monte Sinaí. Le mete por el alma “no dirás falsos testimonios ni mentirás”.

 

Aquí ya sabemos que , más o menos o un poco si, miente todo el mundo. En USA el mentir a un juez está castigadísimo. En nuestros juzgados la presunción es que una prueba testifical no vale para nada, por decirlo suave.

 

Ya queda definido que bulos y mentiras son muy antiguas. Pero se han puesto de moda  ahora,  a raíz de la actuación judicial contra la esposa del Presidente del Gobierno. Hoy, en televisión, en diferentes momentos, he visto a tres altos cargos metiendo la palabra bulo en sus declaraciones. Forma parte de los argumentarios para militantes de cualquier partido. O sea son interesadas y hasta se habla de una Ley anti bulos. Peligrosísima para la libertad de prensa.

 

El problema no es el bulo, mi “mentira” es obvia, sino de formación, información  desinformación o educación. Frente a la libertad de mentir, que no es delito sino solo inmoral, está la obligación de ser cartesianos, es decir de dudar de todo menos de que existo porque pienso. Se desdibuja la verdad en los medios de tal manera , en función de la línea editorial,  y del dinero de publicidad e inversores y créditos, etc., etc., etc., que es necesario leer cinco periódicos como mínimo, para aproximarse a la realidad completa de las cosas. Ciertamente no todo son mentiras en los medios ni bulos. También se destapan hechos, en el periodismo de investigación

 

Recientes tenemos la cuestión de la “notaría de Lobato” , ABC, y la cuestión de “UGT-A”, El mundo. Pero a su manera, y la forma depende de si interesa amplificarlo o no, frente a otros medios que harán lo posible por diluir o difuminar o minimizar las conclusiones. Dice un periódico “Ferraz confía en que los críticos escarmienten tras caer Lobato”, en titular de primera página. ¿Esto es un hecho o es una suposición interesada? No se dice de dónde sale esta noticia.  ¿Es un bulo? ¿Es la posverdad?.

 

Pero por muy escépticos que podamos ser con la prensa, y los medios, la consciencia de ello es esencial porque es y son imprescindibles en una sociedad libre y es lo que nos permitirá, al menos, acercarnos a la verdad. Por eso comparto el trabajo de Jordi Ribera “La necesidad de una prensa libre en la sociedad de la Post verdad”, o en la sociedad de los bulos, que forma parte de esa post verdad.  Ribera analiza muchas cuestiones y desgrana un análisis antológico, sobre sociedad, prensa y libertad. Recomiendo su lectura que lógicamente no puedo transcribir aquí, sino que merece lugar especial y propio. Entre otras cosas nos dice que la sociedad habla de un cuarto poder, la prensa, como conciencia y vigía de los tres clásicos, sin que tenga una fuerza oficial pero si la capacidad de incidir en la sociedad. En segundo lugar indica que una prensa libre es necesaria para informar, educar y servir a la sociedad al mismo tiempo que trabaja como contrapeso del poder. Pero “En el momento actual que vivimos, la tecnología permite que la desinformación, y las noticias falsas se propaguen con una rapidez inusitada” lo que lleva , sigue, a los medios a una situación crítica por falta de tiempo para verificar los hechos, incluso hay medios que se dedican a verificar información que aparece en las redes. “Carecer de una prensa libre real nos aboca a un mundo con la sociedad dividida y polarizada en el que no hay opiniones diferentes sino enemigos ideológicos a los que detener.”

 

Dice mucho más Jordi Ribera, que es de casa, pero pone para mí el dedo en varios puntos. La dificultad de una prensa libre en tiempo real o al menos en tiempo de las redes sociales de internet. La necesidad de que exista una prensa libre, como servicio a la sociedad, la actual importancia de la desinformación, los bulos y sinónimos, o las intoxicaciones manipuladoras, digo yo, y la polarización de la sociedad. Hemos sido testigos de esto en algunos debates del Congreso.

 

Tenemos un problema, pero si las mentiras interesadas se propagan es por la propia responsabilidad de los destinatarios de la desinformación. Simplemente la sociedad se los cree y además por motivos espurios, porque les interesa creérsela porque dentro de esa división y polarización, la información que interesa no es la verdad, sino aquella que da argumentos para seguir en la división y en la polarización.

 

Los partidos políticos no están libres de culpa en esto. Han entrado de lleno en la trampa o es que, quizás, ya es inevitable.

 

La pregunta es, y la alarma, ¿qué están haciendo con nosotros? Nos llevan a donde alguien quiere, con campañas de comunicación que incluso nos pueden convertir a todos nosotros en la “policía del pensamiento”  de George Orwell en  “1984”, si no tratamos de salvaguardar el espíritu crítico.

 

Si nos mienten, allá el que miente, si me engañan es mi responsabilidad.

 

Y un último pensamiento, relacionado con lo anterior, cada vez nos olvidamos más de los vecinos de los pueblos de la torrentera de Valencia, porque cada vez nos hablan menos en prensa. Siguen pasándolo mal. Mazón le está echando cara dura, pero sigue bien; y no he visto funerales, en los medios.

 

 


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