El acceso a la vivienda en Menorca se ha convertido en uno de los mayores desafíos para sus habitantes. Con precios que siguen subiendo y una oferta cada vez más reducida, solo los inversores con grandes recursos económicos pueden optar a la compra. Este panorama ha generado preocupación entre los menorquines, especialmente en la juventud, que enfrenta dificultades para emanciparse. Además, los trabajadores temporales que llegan a la isla para la temporada encuentran precios de alquiler cada vez más altos y pocas opciones disponibles. Sin embargo, en otros lugares del mundo, se han implementado soluciones creativas que podrían servir de inspiración para Menorca.
Un ejemplo destacado llega desde Washington (EE.UU.), donde una empresa desarrolló un concepto de vivienda de bajo costo. Estas casas, construidas con materiales económicos, son básicas pero funcionales, ofreciendo lo necesario para vivir dignamente a un precio accesible. Este tipo de viviendas podría ser una alternativa viable en Menorca, especialmente para aquellos que están comenzando su vida independiente y no pueden afrontar los altos precios del mercado inmobiliario.
En Alemania, la reutilización de espacios públicos es una tendencia que ha ganado fuerza. Edificios antiguos, como los de Correos, se reconvierten en viviendas para familias, ofreciendo un uso eficiente de los recursos urbanos. Aunque la idea de transformar locales comerciales en viviendas ha tenido una acogida limitada, reconvertir naves industriales o edificios públicos abandonados podría ser una solución efectiva para la demanda de viviendas en Menorca. En este sentido, el Ministerio de Defensa ha llevado a cabo un proceso de desafectación de su patrimonio en la isla, lo que abre la posibilidad de aprovechar terrenos o edificios antiguos, como los cuarteles o las baterías de costa, para proyectos residenciales.
Por otro lado, China ha optado por la verticalidad en la construcción, una solución que, aunque no está contemplada en el Plan Territorial Insular (PTI), podría ser reconsiderada en algunos casos urbanos en Menorca. Si bien no necesariamente se trataría de construir rascacielos, se podrían explorar soluciones para aprovechar espacios vacíos, como las antiguas canteras abandonadas, transformándolos en zonas residenciales. Esta intervención, desde un enfoque paisajístico, podría incluso restaurar áreas de la isla que fueron alteradas en el pasado.
Singapur, por su parte, ha destacado por su enfoque innovador, ganando terreno al mar para generar espacios urbanizados. Aunque este tipo de solución podría ser difícil de aplicar en Menorca, se podrían estudiar alternativas similares en áreas costeras donde la expansión horizontal esté limitada. Otra posibilidad relacionada con el agua es la creación de puertos para embarcaciones-vivienda. En varios lugares del mundo, barcos que ya no son navegables se han convertido en viviendas flotantes, una opción que podría explorarse en Menorca, especialmente en zonas cercanas al mar o ríos.
Finalmente, el modelo de viviendas intergeneracionales, como el coliving o cohousing, que se practica en diversas partes de Europa, podría ser una solución interesante para la isla. Estos proyectos permiten que varias personas compartan un mismo espacio, cada una con un rol dentro de la comunidad, lo que fomenta la colaboración y reduce costes. Este enfoque no solo aboga por la sostenibilidad económica, sino también por la creación de una red de apoyo entre vecinos, lo que puede ser especialmente valioso en un lugar como Menorca, donde la cohesión comunitaria es fundamental.
El problema de la vivienda en Menorca es complejo, pero no insuperable. A través de la observación de soluciones implementadas en otros lugares del mundo, como Washington, Alemania, China o Singapur, y la adaptación de algunos de estos modelos a las particularidades de la isla, es posible encontrar respuestas innovadoras que permitan a los menorquines y a los trabajadores temporales acceder a viviendas dignas y asequibles en el futuro.
