El pasado domingo, un sismo de magnitud 2,9 sacudió el fondo marino a varios kilómetros al norte de Ciutadella. Apenas nadie sintió nada. Los expertos lo califican de poco relevante y extraordinario por su escasa frecuencia en la zona. Menorca no se encuentra cerca de bordes de placas tectónicas ni de actividad volcánica, lo que hace improbable la ocurrencia de terremotos significativos.
Sin embargo, la actividad sísmica en el Mediterráneo debe mantenerse bajo vigilancia. Especialmente en regiones como Grecia, donde los terremotos son más comunes. Un temblor de magnitud superior a 6 grados en esa zona podría generar un tsunami con capacidad de afectar las costas menorquinas.
Un precedente claro es el tsunami de 2003, generado por un terremoto en el norte de Argelia, que impactó la isla con olas de más de un metro de altura, provocando daños en embarcaciones y puertos, en especial en el puerto de Maó, Cala Galdana o Cala San Esteban en Es Castell, por poner algunos ejemplos.
Ante este riesgo latente, las autoridades y organismos especializados recomiendan conocer las medidas de prevención y actuación. Según el Instituto Geológico Nacional, en caso de tsunami es clave identificar rutas de evacuación accesibles en menos de 15 minutos, alejarse de la costa y buscar zonas elevadas. También es importante prestar atención a señales naturales, como un retroceso repentino del mar o un ruido inusual, que pueden indicar la llegada inminente de una ola gigante.
Antes de un tsunami, es fundamental estar informado sobre por qué lugar se podría uno refugiar pronto. Se recomienda que estas rutas sean accesibles a pie en menos de 15 minutos, ya que carreteras y puentes podrían quedar inhabilitados. Tener un plan de emergencia familiar y un kit con agua, linterna y documentos esenciales es clave.
Durante un tsunami, si se percibe un fuerte terremoto en la costa, se observa un retroceso inusual del mar. Algo así ocurrió en el puerto de Maó en 2003 donde no se dan las rissagas con la frecuencia que en Ciutadella. La oscilación del agua fue claramente perceptible y el vaivén de la ola hizo encallar unos cuantos barcos y a otros los sacó literalmente del agua para dejarlos sobre el muelle de la Colársega. En esos casos en los que sucede ese movimiento de retroceso del agua, o bien que se percibe un ruido como un rugido, hay que evacuar de inmediato sin esperar confirmaciones oficiales. Es fundamental alejarse del agua, dirigirse a zonas elevadas y no regresar hasta que las autoridades lo indiquen.
Después del tsunami, se debe permanecer en lugares seguros y seguir las instrucciones oficiales. Además, hay que evitar el contacto con estructuras dañadas y estar atento a posibles réplicas o nuevas olas.
Aunque Menorca no sea una zona sísmica, estar preparado es la mejor estrategia para reducir el impacto de un posible tsunami.