Skip to content

“La salud es lo primero”

Un artículo de Beatriz Vilas

Una enfermera tratando a un paciente.
Una enfermera tratando a un paciente.

Todos los que me conocen saben que soy una mujer con una energía descomunal y siempre me jacto de tener una salud de hierro.

No obstante, soy humana, e igual que todos, a veces me enfermo, como me ha ocurrido en estos últimos días, que, sin esperarlo he tenido una neumonía complicada con una otitis aguda.

Este estado me ha hecho salir de mi cuerpo, sentir que no era yo, que no podía dominar mi vida, ni mi cuerpo.

Reconozco que me cuido mucho, intento hacer ejercicio de manera regular, cuido mucho mi alimentación y tomo muchas vitaminas.

Además, hace unos años, realicé un cambio de alimentación consciente, lo que ha hecho que haya eliminado de mi dieta, las harinas, arroces, gluten, lácteos y todo aquello que entendía no mejoraba mi salud y durante mucho tiempo me ha funcionado fenomenal.

Sin embargo, en esta ocasión los virus han podido conmigo y lo que comenzó como una simple gripe, se ha complicado y ha conseguido mantenerme apartada de mi ritmo habitual.

¡”La terremoto” ha tenido que parar!, a mi modo de ver, por nada grave, pero si molesto.

Esta situación ha conseguido algo que es muy bueno, pero raro en mí, pararme a reflexionar y a pensar en la importancia de cuidarnos, por dentro y por fuera.

Aunque soy una persona muy consciente en este tema, el día a día hace que olvide la importancia que tiene la salud y cuáles son las causas que hacen que la perdamos.

Sin salud no hay nada, no hay motivación, ni ganas de vivir.

En estos años, por desgracia he tenido familiares cercanos graves, mi padre falleció cercano a la edad que yo tengo actualmente y mi madre, lleva años enferma.

Pero es curioso, a mí siempre me había tocado cuidar de los demás, no ser la enferma y perder el dominio de mi vida, sin poder hacer nada al respecto, me ha creado una gran frustración que me ha hecho valorar todavía más lo afortunada que soy.

Cuando alguien está medicado pierde la capacidad de pensar objetivamente y todo se nubla, la vida se ve peor de lo que es.

Y en estos casos, solo nos queda hacer una cosa, aceptar la situación que estamos padeciendo y soltar.

Soltar el dominio, el autocontrol, el hacer lo que uno quiere y debemos dejarnos por unos días ir hasta acoplarnos a nuestra nueva situación.

En este caso, es algo meramente transitorio, sin relevancia alguna, pero ¿si la enfermedad que se padece es larga qué podemos hacer?

En primer lugar, dejar de resistirnos a ella y aceptar que eso es lo que nos toca ahora y después, empezar a acomodar nuestra vida a nuestra nueva realidad.

Cuanto más tiempo nos resistamos, peor será para nosotros y para todo nuestro entorno, puesto que una enfermedad no solo cambia la vida de la persona que la padece, modifica todo nuestro medio.

Es por ello por lo que, debemos de tomarnos muy en serio nuestro cuidado físico y personal, midiendo lo que comemos, el ejercicio y lo que pensamos.

Hoy el médico me ha dicho que todavía me quedan unos días de antibiótico, pero por primera vez en 15 días, he decidido volver a mi despacho y comenzar a desempolvar mis libros y poner en marcha mi cuerpo.

Nosotros no podemos controlar todo lo que nos pasa, pero si podemos decidir qué hacer con lo que nos pasa y decidir cómo queremos vivir mientras estemos en este mundo.

La decisión es tuya y como siempre les digo a mis clientes, “vivir es un asunto urgente”.


Deja un comentario

Your email address will not be published.