Palma, 23 feb (EFE).- Baleares afronta la celebración el 1 de marzo del Día de la Comunidad con una peculiaridad política inédita: el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne (Vox), segunda autoridad autonómica, ejercerá de anfitrión en el acto institucional pendiente de ser juzgado por un delito de odio.
Si mantiene su negativa a dimitir y la Audiencia Provincial no resuelve a su favor el recurso que ha interpuesto contra su procesamiento, Le Senne ofrecerá el discurso de la celebración del Día de Baleares en el Parlament pendiente de sentarse en el banquillo por haber roto retratos de republicanas asesinadas en 1937.
Esta situación ha llevado a la oposición, al PSOE, Més y Podemos, a exigir, en primer lugar, su dimisión inmediata, pero como esta posibilidad no la contemplan Le Senne ni Vox, reclaman que el PP le fuerce a dejar el cargo, algo que los populares dejan en manos del partido derechista.
Es una situación extraordinaria. En otras dos ocasiones un presidente del Parlament balear ha sido señalado por la Justicia. Les ocurrió a Pere Rotger (PP) y a María Antonia Munar (Unió Mallorquina), y ambos dejaron el cargo tras ser imputados en sendas causas. El primero fue absuelto en el juicio y la segunda, condenada.
De hecho, Munar dimitió, entregó su acta de diputada y anunció su abandono de la política el 26 de febrero de 2010, a pocos días del Día de las Islas Baleares, tras ser acusada de corrupción por su ‘delfín’ en Unió Mallorquina, Miquel Nadal.
El titular del juzgado de instrucción 1 de Palma ordenó el pasado jueves la apertura de juicio oral contra el actual presidente del Parlament, designado en virtud de un pacto de legislatura entre Vox y el PP, que se rompió de manera definitiva el pasado verano. Desde entonces, Prohens gobierna en minoría.
El juez aprecia indicios de delito de odio en Le Senne por romper durante un pleno una fotografía con retratos de tres republicanas asesinadas en Mallorca en la Noche de Reyes de 1937, hecho que la Fiscalía no considera delictivo.
Las acusaciones piden penas de prisión que van desde los 16 meses a los 4 años y Le Senne ya ha abonado los 40.000 euros de fianza impuestos.
Le Senne defiende con rotundidad su inocencia y este principio judicial, pero reconoce que se equivocó cuando rompió la foto, por lo que ha pedido disculpas en varias ocasiones, al tiempo que ha denunciado la desobediencia de la diputada que portaba la referida foto. En ningún caso admite que odie a las personas que opinan de manera distinta a la suya.
La oposición ni las asociaciones de la Memoria Democrática no le creen y piden su marcha inmediata por desprestigiar con su enrocamiento al Parlament.
Ahora, la Audiencia Provincial de Palma debe pronunciarse sobre el recurso planteado por Le Senne en contra de la apertura de juicio planteado.
Además, la oposición le ha exigido al Govern del PP que actúe. Por ahora, el portavoz del Govern, Antoni Costa, ha asegurado que la apertura de juicio oral por delito de odio es “un cambio importante” que requiere que Vox evalúe su continuidad en el cargo “con la máxima responsabilidad y altura de miras”.
“No voy a decir si el señor Le Senne debe dimitir o no”, ha dicho Costa, que ha recordado que la presidenta Prohens condenó en su día la actuación de Le Senne.
La oposición estudiará de nuevo cómo puede remover a Le Senne del cargo después de que el PP, con su abstención, evitara en septiembre pasado su expulsión.
Sobre este asunto, la presidenta del Congreso y líder de los socialistas de Baleares, Francina Armengol, también se ha pronunciado: “Gabriel Le Senne debería estar fuera desde hace mucho tiempo”, por su “odio” y por su “falta de un mínimo de sensibilidad”.
El Día de las Islas Baleares, como cada año, se celebrará en la sede de Parlament y los soberanistas de Més ya han anunciado que no acudirán si no hay un cambio en la presidencia de la cámara.