En opinión de David Carreras, director del Observatorio Socioambiental de Menorca (OBSAM), la isla cuenta con una amplia extensión de espacios naturales, pero no dispone de tantas áreas protegidas bajo una gestión similar a la del Parque Natural de S’Albufera d’es Grau. Esta situación pone de manifiesto una oportunidad para avanzar en la protección y gestión efectiva de estos espacios.
La diferencia entre contar con espacios protegidos bajo figuras como los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) o la Xarxa Natura 2000, y disponer de áreas gestionadas como parques naturales es significativa. Mientras que en el primer caso la protección es legal pero no siempre implica una gestión activa, en el segundo se cuenta con una administración dedicada a la conservación, mantenimiento y regulación del espacio.
Este fue uno de los temas abordados en una reciente reunión celebrada en Canarias, donde participaron representantes de cuatro islas: La Palma, Lanzarote, Menorca e Ibiza. El objetivo del encuentro fue analizar modelos de desarrollo sostenible en estas islas, y tras treinta años desde su declaración como Reserva de la Biosfera (excepto Ibiza, que no ostenta este reconocimiento), se identificaron diversos retos y oportunidades en materia de protección ambiental.
Uno de los datos más relevantes aportados por Carreras es que, si bien el 67% del territorio menorquín cuenta con alguna figura de protección, solo el 5% está gestionado de manera activa como espacio natural. En otras Reservas de la Biosfera, la proporción de espacios protegidos con gestión efectiva es significativamente mayor, lo que permite una mejor conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. En este sentido, Carreras señala que Menorca debería contemplar la posibilidad de aumentar las áreas naturales bajo gestión activa.
Más allá del ámbito medioambiental, el análisis comparativo realizado en la reunión de Canarias puso de manifiesto algunas fortalezas y debilidades de Menorca en otros aspectos. La isla sobresale en índices sociales como la renta per cápita, la baja tasa de criminalidad y la calidad de los servicios sociales y asistenciales. Sin embargo, presenta ciertos desafíos económicos y demográficos, como una baja tasa de creación de empresas y un envejecimiento poblacional más acusado que en otras Reservas de la Biosfera.
Menorca cuenta con un alto porcentaje de territorio protegido, pero la falta de una gestión activa en la mayor parte de estos espacios representa un área de mejora. Ampliar las áreas gestionadas podría fortalecer la conservación del medioambiente y fomentar un desarrollo sostenible más efectivo. Paralelamente, también sería necesario abordar los desafíos económicos y demográficos para garantizar un equilibrio entre protección natural y bienestar social en la isla.
