El mercado inmobiliario en Menorca atraviesa un momento crítico, y las perspectivas no son alentadoras. Así quedó reflejado en el Foro de la SER celebrado en el Ateneo, donde diversas voces coincidieron en que la situación no hará más que empeorar en los próximos años. A pesar de los esfuerzos de la Administración Pública para paliar la escasez de oferta, las medidas implementadas parecen quedarse cortas o se ven obstaculizadas por problemas burocráticos.
Desde el Consell, el IBAVI y el Govern Balear se defendieron iniciativas destinadas a mitigar los efectos de la falta de vivienda accesible. Entre ellas, destacan campañas para fomentar el alquiler seguro, la reforma del Plan Territorial Insular (PTI) que permitiría añadir una altura más en determinados casos, la conversión de locales comerciales en desuso en viviendas, la inversión en compra de suelo y ayudas directas a los jóvenes para facilitar el acceso a la financiación. Estas propuestas fueron bien recibidas por los asistentes al foro, pero con una advertencia: muchas de ellas no llegan a ejecutarse por el colapso burocrático en los ayuntamientos, lo que impide que las soluciones se materialicen con la celeridad que la crisis demanda.
Uno de los datos más alarmantes que se expusieron es la lista de espera para acceder a una vivienda de protección oficial en Menorca, que ya alcanza las 1.000 solicitudes de unidades de convivencia. Esto refleja la creciente dificultad para acceder a una vivienda digna, especialmente para los residentes que no cuentan con altos ingresos o capacidad de endeudamiento.
Algunos de los participantes en el foro fueron aún más contundentes en su análisis de la situación. Afirmaron que se está llegando tarde para solucionar el problema y que, si no se implementan cambios estructurales en la política de vivienda, la crisis se agravará. Además, alertaron sobre la posibilidad de una revuelta social debido a la acelerada precarización de la población menorquina. El encarecimiento de la vivienda está empobreciendo a amplios sectores de la sociedad, que ven cómo sus ingresos no son suficientes para acceder a una vivienda en la isla.
La tendencia actual es preocupante: la oferta sigue siendo insuficiente mientras que la demanda crece sin cesar. Los pronósticos apuntan a que en los próximos cinco años la situación se tornará aún más insostenible. Mientras tanto, quienes disponen de suficiente liquidez pueden permitirse la compra o el alquiler de inmuebles, pero este segmento de población es reducido y cada vez más exclusivo. En este contexto, el acceso a la vivienda se convierte en un privilegio, y la brecha entre quienes pueden permitírselo y quienes no, se ensancha de manera preocupante.
En definitiva, el Foro de la SER en el Ateneo dejó una conclusión clara: la crisis habitacional en Menorca no solo es grave, sino que podría empeorar si no se toman medidas efectivas y se agilizan los procesos administrativos. El reto no es menor y exige respuestas urgentes que vayan más allá de buenas intenciones y promesas reiteradas.
