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Una de cada tres viviendas en Menorca no está siendo utilizada hoy

El Observatorio Socioambiental de Menorca aporta datos para entender qué aprovechamiento se está dando a la vivienda en la isla

Hace tiempo que nadie vive aquí
Hace tiempo que nadie vive aquí
Foto: Pexels

El acceso a la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales en Menorca. Lejos de mejorar, los últimos datos del Observatorio Socioambiental de Menorca (OBSAM) revelan una situación cada vez más compleja: una de cada tres viviendas en la isla no se está utilizando como residencia habitual, lo que pone en entredicho la disponibilidad real del parque habitacional.

Según el Censo de Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2021, en Menorca había 60.500 viviendas, de las cuales solo el 61% (37.619) estaban destinadas a residencia habitual. El resto —alrededor de 6.000 viviendas— permanecen vacías o tienen un uso muy esporádico, mientras que unas 17.000 se destinan a segundas residencias o a usos turísticos. Estas cifras, calculadas a través de datos de consumo eléctrico, muestran un claro aumento respecto a 2011, cuando las viviendas de uso no habitual representaban un 30% del total, frente al 39% actual.

Este fenómeno no se distribuye de manera homogénea en el territorio insular. Municipios como Ferreries conservan un alto porcentaje de viviendas habituales (77%), mientras que en Es Mercadal esta proporción desciende drásticamente hasta el 32%.

El auge de viviendas destinadas al turismo también contribuye a esta situación. En 2024, se registraron 5.702 viviendas turísticas en la isla, con una oferta que supera las 30.000 plazas. La mayoría se encuentra en urbanizaciones o zonas de marcado carácter turístico, lo que refuerza la estacionalidad del uso habitacional.

Paralelamente, la construcción de nuevas viviendas en la isla muestra una tendencia a la baja. Según datos del Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares (COAIB), en 2023 se visaron solo 162 viviendas nuevas en Menorca, la mitad que el año anterior. Dos de cada tres de estas viviendas eran unifamiliares, confirmando un patrón que se mantiene desde hace años y que no responde directamente a la creciente necesidad de vivienda habitual asequible.

En cuanto al mercado inmobiliario, tanto los precios de venta como de alquiler continúan al alza. En septiembre de 2024, solo uno de cada veinte anuncios de venta correspondía a viviendas por debajo de los 200.000 euros, siendo en su mayoría pisos pequeños o que requieren reformas. Ferreries sigue siendo el municipio más asequible (1.680 €/m²), mientras que Sant Lluís encabeza el ranking de los más caros (3.512 €/m²).

El alquiler tampoco ofrece mucho alivio. Aunque el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) estimaba en 2022 precios medios que oscilaban entre los 456 euros en Ferreries y los 646 en Sant Lluís, los datos reales de los portales inmobiliarios en 2024 muestran una situación distinta: es difícil encontrar alquileres por debajo de los 800 euros mensuales, y la mayoría de la oferta corresponde a contratos de temporada.

Estos datos reflejan una realidad en la que, pese a la existencia de miles de viviendas, el acceso a un hogar digno, asequible y permanente sigue siendo un reto para buena parte de la población menorquina.


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