El verano en Baleares podría estar marcado no solo por la llegada masiva de turistas, sino también por movilizaciones sindicales si no se desbloquea la negociación del convenio colectivo de la hostelería. UGT, sindicato mayoritario en el sector, ha advertido que la falta de avances significativos ha llevado a la organización a activar un calendario de protestas que podría desembocar en huelgas durante la temporada alta.
El detonante ha sido la negativa de las organizaciones empresariales del sector a aceptar la propuesta sindical de una subida salarial del 19% en tres años —un 8% en 2025, un 6% en 2026 y un 5% en 2027—, frente a la oferta de la patronal, que se queda en un 8,5% repartido en incrementos del 3,5%, 2,5% y 2,5% respectivamente. Según el secretario general de UGT-Servicios en Menorca, Josep Maria Roqueta, este desacuerdo es “una muestra clara del inmovilismo empresarial”, pese a que ambas partes han logrado consensuar, al menos, una vigencia del nuevo convenio de tres años.
La primera de las protestas se celebrará el próximo 6 de junio. La jornada comenzará con una asamblea de delegados sindicales a las 10 de la mañana en la sede de UGT en Palma, donde se expondrá el estado de las negociaciones. Posteriormente, a las 12 del mediodía, los asistentes se desplazarán en bloque hasta la sede de la Federación Hotelera de Mallorca para llevar a cabo una concentración.
Además, para finales de junio, se prepara en la isla vecina una manifestación en la Platja de Palma que incluirá una marcha de trabajadores y una nueva concentración pública. No se ha decidido aún si habrá también alguna movilización al mismo tiempo en Menorca. Sin embargo, el punto más crítico de este calendario de movilizaciones llegará en julio, coincidiendo con la punta de la actividad turística. “Si no vemos posibilidades de un principio de acuerdo, convocaremos una huelga de varios días”, ha anunciado Roqueta.
El plan de UGT contempla huelgas en semanas alternas durante julio, con el objetivo de maximizar el impacto económico y mediático. A día de hoy, aún no se ha concretado el calendario exacto de los paros, pero el sindicato deja claro que se trata de “aumentar el volumen de presión” para lograr un acuerdo justo para los trabajadores.
Aunque estas movilizaciones han sido organizadas de manera autónoma por UGT, el sindicato ha invitado expresamente a CCOO y al resto de trabajadores del sector a unirse. Cabe recordar que, históricamente, ambas organizaciones han mantenido una unidad de acción en las negociaciones de los convenios de hostelería, a pesar de algunas tensiones en ocasiones anteriores.
Desde UGT se critica duramente la estrategia de la patronal, que ha llegado a finales de mayo sin haber realizado movimientos significativos para desbloquear la situación. Las subcomisiones técnicas creadas para intentar acercar posturas tampoco han dado frutos, cerrándose con acusaciones cruzadas de inmovilismo.
Más allá de lo puramente laboral, Roqueta ha subrayado que la crisis de la vivienda en Baleares agrava la situación. “Aunque se logren avances en el convenio, seguimos topándonos con una realidad que espanta a trabajadores cualificados de otras comunidades. No pueden venir a las islas porque los alquileres de temporada son desorbitados”, lamentó en Radio Menorca el dirigente sindical.
Con este escenario, el verano se presenta incierto para el turismo balear, no solo por la afluencia de visitantes, sino por el riesgo de paralización parcial del sector hostelero si no se alcanza un acuerdo que satisfaga las demandas laborales.