Seguramente la sección de baloncesto sea actualmente la más potente del Real Madrid. La alargada sombra de una plantilla acostumbrada a ganarlo prácticamente todo desde la llegada de Pablo Laso a su banquillo, hace que sirva como referencia para cuando la de fútbol no tiene una línea similar.
Además, si indagamos dentro de esta, el segundo capitán del equipo, el menorquín Sergio Llull, es uno de los pilares básicos tanto en el vestuario como en la pista, donde recientemente se consagró como uno de los jugadores históricos más importantes del club siendo el que más triples ha anotado.
Todo ello tras superar una lesión que le tuvo unos nueve meses apartado de las pistas de baloncesto a sus 30 años, hecho por el que muchos pensaban que no regresaría a ser el mismo. Pero después de ir cogiendo ritmo poco a poco en las finales tanto de Euroliga como de Liga Endesa de la pasada campaña, el de Mahón volvió este curso a demostrar su valía y su ambición sobre el parqué. Sin duda, un ejemplo digno de elogio en la casa blanca.
En tiempos turbulentos para la sección de fútbol, la fidelidad del base, al que los Houston Rockets están esperando en la NBA desde hace años, es propia de una persona que siente los colores como pocos. Allí seguramente tendría tanto una mejora salarial, como una suma más importante de dinero en cuanto a patrocinios, sobre todo por parte de su actual sponsor, Nike, que si diera el salto le tendría que hacer un nuevo contrato con otras cifras bien distintas. Pero ni siquiera esas razones le convencen para cambiar de destino.
Ni comparación con la sección de fútbol
Por todas estas razones, Llull se está convirtiendo en un emblema del club dirigido por Florentino Pérez, en el que pretende retirarse dentro de unos años como una auténtica leyenda de la sección que actualmente más alegrías da al equipo, la de baloncesto.
Y es que, el de Mahón no solo es comprometido y consecuente con sus decisiones, sino que encima, es un demonio sobre la pista, uno de los jugadores que más marcan las diferencias en Europa y una de las claves de que la era Pablo Laso esté siendo tan triunfal. Un ejemplo para todos los deportistas, sobre todo para algunos futbolistas, que deberían fijarse más en estos compañeros.
