Con satisfacción. Así recogen los responsables del Parque Natural las lluvias de estos días que no hacen ningún daño al equilibrio ambiental de la Albufera.
Ahora no es época de nidificación, lo que supondría un problema para las aves. Apenas algunas especies hacen escala en los terrenos del parque en su viaje de migración. Las lluvias compensan la baja pluviometría de los meses anteriores y, hasta el momento, permiten ser optimistas para lo que hace referencia a su estado general.
Por cada 10 litros de lluvia por metro cuadrado, el nivel sube un centímetro. En unos pocos días se ha observado un aumento paulatino y constante que hace recuperar unos niveles óptimos, equiparando la linea con la del nivel del mar. Las compuertas que gestionan desde el Parque se ocupan de mantener el equilibrio que precisa el hábitat interno a la Albufera.
Los estados de alerta por la falta de lluvias de meses atrás son ahora -nunca mejor dicho- agua pasada. Toda el agua dulce que pueda recoger con las lluvias de invierno la Albufera le asegurarán un buen punto de partida cuando el cambio de estación amenace de nuevo con días soleados y la lenta evaporación de su lámina de agua. Teniendo en cuenta que se suman tres años de temperaturas medias récord, los ecosistemas acuáticos como éste son especialmente sensibles.