La decimocuarta edición de la Feria de stocks de Menorca no será recordada quizás por ningún récord. A falta de los datos finales, es probable que los datos no avalen un gran éxito si no más bien un aprobado justito. Pero eso ya es en sí mismo un buen resultado con la que está cayendo.La participación de establecimientos ha llegado a 39, cuando otras ediciones había sido superior.

Entre los comercios participantes algunas quejas; una deficiente cobertura móbil y de datos o hurto de pequeños artículos en los momentos de más afluencia de visitantes. Entre los visitantes, opiniones para todos los gustos. Desde quien busca un artículo y -aunque no lo encuentra- se lleva otras tantas gangas con las que no contaba, hasta quien iba a ojear lo que había y ha encontrado algo para él (o ella) o para alguien que conoce.

La feria suma ofertas para ser un reclamo apetecible para las economías familiares. Dar a conocer un negocio y su servicio postventa puede ser la diferencia entre tener clientes o vivir en el ostracismo. La pasada campaña de Navidad fue funesta para el comercio local y eso está obligando a formarse en nuevas tecnologías para no perder el carro de los nuevos tiempos y buscar estrategias para afrontar la siguiente batalla por el favor de la futura venta.