Salvando las distancias con Ascot, Menorca se reivindica como un destino donde el mundo de la hípica y el buen gusto pueden convivir. Y Hats&Horses lo ha demostrado. Para conseguirlo se han tenido que sumar varios ingredientes como invitados glamurosos, un buen catering, una etiqueta requerida y algunas actividades poco habituales para llamar la atención del público. Y ha funcionado la mar de bien. Las carreras de trote (a diferencia de las de galope en Gran Bretaña) son el evento deportivo que define la menorquinidad de esta cita. El aspecto general del entorno del hipódromo ha mejorado para la ocasión y ha permitido ofrecer un marco idóneo para la celebración de una fiesta que quería destacar por su capacidad para ser, en cierto modo, pasarela de modelos de vestir en femenino y masculino. El efecto llamada.
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