Una mujer de origen asiático caminaba recientemente por la acera, entre las poblaciones de Maó y Es Castell, paso a paso. Lo que llamaba la atención del resto de viandantes es que iba hacia atrás. Les presentamos el retrorunning.
Aunque cueste creerlo, correr hacia atrás es también un método de entrenamiento. Aporta innumerables beneficios para el cuerpo y la mente. Conocido como reverse running o retro running. Esta disciplina se ha convertido en todo un fenómeno social en el Reino Unido donde cuenta con un sinfín de adeptos. Correr hacia atrás ofrece al atleta un entrenamiento cardiovascular intenso, reduce el riesgo de lesiones en la espalda y en las piernas, ayuda a conseguir un tren inferior más fuerte y equilibrado, y se trata de una alternativa perfecta para perder peso de forma más rápida.
La técnica de carrera en corredores convencionales se centra en que el talón es el primero en entrar en contacto con el terreno, mientras que las rodillas actúan como los amortiguadores. Sin embargo, la técnica de correr hacia atrás plantea un cambio de cinética, y por lo tanto reduce ese impacto agresivo, incorporando una ejecución más favorable para reducir las lesiones.
La carrera convencional conlleva que la parte baja de la espalda se lleve la mayor parte de la carga. Sin embargo, correr hacia atrás permite que la sensación de carrera sea más placentera para los músculos abdominales, mientras que la zona lumbar marcha también más relajada.
Siguiendo con los estudios realizados al respecto también se subraya que la ejecución de la técnica de correr hacia atrás favorece la realineación de las vértebras y alivia la presión sobre los nervios, y esto es debido a que el deportista se ejercita con una postura más erguida, los hombros hacia atrás y la espalda recta.
No hace falta correr. En China hace tiempo que se han dado cuenta de estos beneficios y mucha gente practica esta técnica pero paseando en lugar de corriendo.
Si ve a alguien pasear así, no se sorprenda. Lo hace por su salud.