La providencia de la Audiencia nacional que paraliza el desalojo de la zona de amarres del puerto de Maó que pertenecía a Trapsayates ha supuesto un jarro de agua fría para el Club Marítimo de Mahón. La entidad menorquina confiaba en poder optar pronto a un concurso para quedarse con la gestión de estos pantalanes y asegurar con sus ganancias el futuro de las actividades sociales y deportivas del Club. El presidente del Club Marítimo Mahón, Antonio Hernández, manifestaba este martes su decepción por lo ocurrido e insistía en que “no poder contar con estos amarres pone en serio peligro la supervivencia de la entidad” Para el portavoz del Club, a veces “es muy difícil entender la forma de actuar de la Justicia española” y pone en duda que en Eivissa o Palma se hubiera actuado de igual forma “pero somos Maó y debemos aguantar lo que nos echen”. La Junta directiva del CM Mahón se reunirá esta semana para tomar decisiones de cara al futuro para tratar de recuperar la gestión de los amarres que gestionaba tradicionalmente hasta la llegada de Trapsayates Se trata de 165 puntos de atraque que la empresa del Grupo Marsans gestionaba desde finales de 2008. |