Al parecer, en Menorca predomina la idea de que la recuperación económica no ha llegado en realidad. Quizás estemos lejos de los años de crisis que empezaron a producirse entre 2008 y 2009, pero diez años después la confianza no es total. Según los estudios de la Fundación GADESO, los años de percepción más negativa se sitúan en 2012 y 2013. Es a partir de 2015 cuando la tendencia mejora, debido a unas esperanzadoras temporadas turísticas. Pese a ello, la percepción de mejora no supera los índices negativos, como si no quisiéramos acabar de confiar en los años venideros. La situación de reapertura de destinos turísticos competidores puede tener parte de la culpa pero, según los datos que recogen las encuestas de GADESO, también la percepción de precariedad laboral.
La percepción de que la economía mejorará en el próximo año y el siguiente (2019 y 2020) es mayor en Ibiza y Formentera. En Menorca, por contra, hay hasta seis puntos porcentuales menos de optimistas en este sentido.
La situación económica en el hogar se detiene a analizar la dificultad para llegar a fin de mes (que afecta a un tercio de la población), así como a un pequeño 14% que asegura que tiene capacidad para generar ahorros. Los salarios bajos así como una marcada precariedad laboral podrían explicar la falta de confianza dentro de una economía que, en los grandes números, parece demostrar que se recupera.