El próximo martes, Maria Frontera cumplirá un año al frente de Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, una institución que engloga 23 asociaciones hoteleras de la Isla, además de la Agrupación de Cadenas donde están representadas las grandes compañías del sector. Con la perspectiva del año transcurrido, Frontera hace balance y comparte con mallorcadiario.com los proyectos, inquitudes y problemas de una actividad que constituye la base de la economía de la comunidad. Entre otras cosas, la presidenta de la FEHM repasa las complejas relaciones con la Conselleria de Turismo, la falta de compromiso por parte de la administración a la hora de cuidar las zonas turísticas, las dudas en torno al Brexit o el cambio de reglas del juego que complica la aplicación del convenio colectivo pactado hace dos años con una subida salarial del 17 por ciento.
¿Con qué se queda de este primer año al frente de la FEHM?
Ha sido un año en el que el Govern ha aprobado una gran cantidad de leyes nuevas en cuya tramitación ha tenido que implicarse la Federación. La mayor parte del tiempo la hemos dedicado a los temas legales (Ley de Cambio Climático, Ley de Residuos, de protección de la posidonia…). También ha sido un año de organización interna y de establecer las bases para negociar con el Govern y con el Consell. Veníamos de unas temporadas en las que se había iniciado un cambio de ciclo, con la salida de la crisis económica y el sector sometido a una gran transformación gracias a las inversiones realizas a lo largo de los últimos ejercicios, lo que, sin duda, nos ha permitido crecer más en términos de valor que no de volumen. También hemos desarrollado el Monitor de Actividad Hotelera (MAH), creado en colaboración con la Fundación Impulsa. Es una herramienta diseñada para realizar un seguimiento mensual de las principales variables de negocio que permita a los asociados tomar decisiones estratégicas. Este año también ha coincidido con el traspaso de competencias en promoción turística desde el Govern al Consell, lo que ha supuesto un gran cambio.
Una de las nuevas leyes con la que se han mostrado más preocupados es la de Cambio Climático y sus implicaciones en el suministro eléctrico.
En relación a los objetivos de la ley, creemos que ese es el camino por el que tenemos que ir. De hecho, muchos hoteleros, por ejemplo, estamos invirtiendo en puntos de recarga para coches eléctricos. Con esta ley, sin embargo, la gran amenaza radica en la garantía de suministro de energía. Es cierto que el Gobierno nos ha dicho que está trabajando en ello, pero aunque tenga un plan muy ambicioso debería hacerlo de manera realista. Si hay fuentes renovables que necesitan un periodo de implantación ¿por qué anticiparnos a cerrar Es Murterar cuando aún no estamos preparados? El suministro es vital. A lo mejor en la temporada de 2020 nos podemos encontrar con el mismo problema que ha tenido Menorca. El segundo cable de conexión eléctrica, que se está tramitando, igual tarda aún siete u ocho años.
Aunque no tenemos todos los datos definitivos de la temporada de verano, sí vemos que hay una ralentización y estamos también en cifras de descenso
En unos días empieza Fitur. ¿Con qué perspectivas acuden los hoteleros de las Islas?
Seguramente se confirmarán las tendencias que venimos anunciando y que otros empresarios también han vislumbrado, en el sentido de que la temporada 2019 genera mucha inquietud. Sabemos que el descenso de las reservas en el mercado alemán es mucho más acusado que el año pasado en las mismas fechas; y que en el mercado británico también existe esta tendencia. Aunque no tenemos todos los datos definitivos de la temporada de verano, sí vemos que hay una ralentización y estamos también en cifras de descenso. El mercado nacional, del que en Fitur siempre se habla mucho, ha experimentado un crecimiento importante del 7,5 por ciento esta temporada pasada. Es importante darle el valor que se merece. Apostamos por el incremento de este mercado, pero eso no quiere decir que sea la solución al descenso de los dos principales, el alemán y el británico.
¿Hasta qué punto se compensan las bajadas de reservas de alemanes y británicos con las cifras de turistas españoles?
Hay que trabajar para que siga aumentado el turismo nacional, pero también aspiramos a incentivar otros mercados minoritarios que desde hace tres temporadas han tenido ascensos, quizá no tan significativos como el mercado nacional, pero que igualmente constituyen una apuesta importante. Si hace dos años estos mercados minoritarios suponían una cuota del 38 por ciento, en 2018 se han situado en un 42 por ciento. En 2019 todavía se les va a dar mucha más importancia porque sabemos que alemanes y británicos se están yendo hacia otros destinos con los cuales nosotros no podemos competir porque no tienen las mismas reglas del juego.
Entiendo que se refiere a la ausencia de impuestos al turista en esos países o a no promocionar la temporada alta aquí en Baleares.
Siempre hay que hacer promoción. Por parte de las empresas se realiza continuamente y el Govern no debería dejar de promocionar, en la temporada de invierno para ayudar a desestacionalizar y en verano poniendo en marcha una estrategia que contribuya a que podamos continuar por la senda de crecer más en valor, seleccionando más el tipo de cliente que viene, el que más gasto turístico pueda ofrecernos.
Las condiciones del Brexit pueden acarrear unas consecuencias nefastas para el turismo en general en nuestro país
A falta de las contrataciones de los próximos meses ¿tienen ya datos concretos de reservas para la nueva temporada?
Para el verano de 2019 estamos por debajo de un 3 por ciento, pero este dato corresponde a lo que sabíamos en el mes de noviembre. Ahora estamos a mediados de enero, que es un mes en el que se realizan muchas reservas. Pero hay que tener en cuenta que este año es atípico, ya que la votación sobre las condiciones del Brexit, que se producirá el próximo día 15, puede acarrear unas consecuencias nefastas para el turismo en general en nuestro país. Realmente este enero es muy diferente a otros eneros, por lo menos en lo que al mercado británico se refiere. De cara a la temporada alta no se están realizando operaciones al mismo nivel. Las expectativas de incremento en viajes era de un 10 por ciento, sin embargo la situación actual tendrá unas consecuencias a nivel turístico que aún desconocemos.
Usted suele hablar de ‘diálogo’ y ‘pedagogía’ cuando se refiere a sus contactos con el Govern. ¿Echan en falta un mayor conocimiento del sector por parte de quienes tienen la responsabilidad de la política turística?
Totalmente. Existe desconocimiento del sector, y eso sucede a nivel de la Conselleria de Turisme. Creen que saben cómo funciona el sector, pero la realidad es muy diferente. Creo que, con cordialidad y diálogo, hay que transmitirles cómo prevenir situaciones, la necesidad de anticiparnos a las temporadas, por qué tenemos la necesidad de obtener las licencias que nos permitan acometer las reformas en los establecimientos a tiempo para poder cumplir con los compromisos adquiridos cuando realizamos contrataciones ofreciendo una categoría superior… En algunos niveles del Govern se tiene más conocimiento del sector turístico que en otros, pero en la Conselleria de Turismo, que es la que debería estar trabajando junto al sector, no existe. Para el sector empresarial esa colaboración es fundamental, porque nosotros actuamos en nuestro ámbito y trabajamos para reposicionar y mejorar nuestros establecimientos, pero cuando el cliente sale por la puerta muchas veces se encuentra con un entorno (aceras, iluminación, etc) que no siempre está a la altura de un hotel recién reformado.
Algún miembro del sector turístico habla directamente de turismofobia por parte de Conselleria.
Yo creo que el problema radica en un total desconocimiento y pocas ganas de aprender. Si hay personas que no quieren representar a un sector tan importante para la economía de las Islas Baleares como el turístico, no deberían estar al frente de una Conselleria como la de Turismo. En eso estamos, en enseñarles, si quieren, y compartir conocimientos. En cualquier caso, hay otros agentes de la cadena de valor turística que también están disgustados con esa política turística.
¿Tiene ejemplos concretos de esa falta de sintonía con la Conselleria?
Por ejemplo, la Agencia Estratégica y la Conselleria de Turismo gestionan los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible y del Consorcio de la Bolsa de Plazas. Los criterios que aplican a la hora de distribuir ese dinero no son de eficacia. Nosotros no necesitamos únicamente inversiones, sino que esas inversiones sean productivas. Y deberían ser más conscientes y más coherentes. Deberían trabajar de una manera consensuada con el sector privado porque es el que más interés y más conocimiento tiene. Todos estos fondos se recaudan en zonas turísticas y no se reinvierten después en ellas. Pero es que tampoco se tiene en cuenta la opinión del sector privado en la comisión, de la que formamos parte, aunque nuestro voto no sea vinculante.
Antes ha señalado que han trabajado mucho con el Govern en la tramitación de determinadas leyes. ¿Hemos de entender que hay más fluidez con otros departamentos que con la Conselleria?
No existe el mismo nivel de diálogo ni de entendimiento con todas las consellerias. El turismo es transversal. La Conselleria de Turismo, por ejemplo, no está decidiendo sobre las concesiones de las playas, sobre la necesidad de tener los recursos preparados a tiempo para el inicio de la temporada, algo que atañe a más de una Conselleria. Esa visión turística, esa altura de miras que deberían tener, no existe. Es cierto que con el Consell insular, que ha recibido las competencias de promoción turística, tenemos mucha más fluidez, más colaboración. Por lo menos nos escuchan y nosotros intentamos aportar nuestro conocimiento.
Desde hace más de medio año, la Secretaria de Estado de Turismo es mallorquina. ¿En que se ha notado?
Desde la Federación aplaudimos el nombramiento de la secretaria de Estado de Turismo, Bel Oliver. Es un orgullo tener a una mallorquina al frente de este departamento, una persona, además, bien preparada y con un buen conocimiento del sector. Es cierto que nos invitan a participar en distintas comisiones y foros para exponer nuestros argumentos, sin embargo todavía no hemos visto hechos concretos, sólo palabras y promesas. Por ejemplo, la ministra Reyes Maroto en la WTM nos prometió que habría unos fondos destinados a mejorar las zonas maduras, pero han pasado dos meses y todavía no tenemos ningún tipo de información. Entiendo que la inestabilidad y la falta de aprobación de los Presupuestos Generales no acompaña, pero si en Canarias han podido recibir una serie de millones, es porque existen herramientas y maneras de firmar convenios que permitan hacer algo. Sólo sabemos que hay unas partidas para la Playa de Palma que llegarán a través del Ayuntamiento. Pero una cosa son las palabras y las promesas y otra cosa son los hechos concretos que todavía estamos esperando.
Con el Consell insular, que ha recibido las competencias de promoción turística, tenemos mucha más fluidez, más colaboración
Precisamente muchos empresarios se quejan de que las grandes inversiones realizadas en los últimos años para mejorar los hoteles no han ido acompañadas de actuaciones de las administraciones para mejorar las zonas y los servicios públicos.
Nosotros llevamos reivindicando esas inversiones desde hace mucho tiempo; desde mucho antes de que yo llegara aquí. Hemos traído al director general de Turespaña y lo hemos explicado por activa y por pasiva en distintos foros después de insistir en la necesidad de invertir en las zonas turísticas, sobre todo en los destinos maduros, que están muy degradados y que es en donde más inversión privada ha habido (por ejemplo en la Playa de Palma y en la zona de Calvia). Porque puedes contar la transformación y el cliente puede venir y alojarse, pero es cierto que sale del hotel y se encuentra con que el destino no es lo que le habían prometido. No se trata sólo de transformar la oferta hotelera, sino de transformar el destino. Y para eso tienen que participar los otros agentes que conforman la cadena de valor turística. Los ayuntamientos también podrían cuidar mejor de su municipio. Cobran unos impuestos y unos cánones que deberían reinvertir para que, no sólo a nivel turístico sino a nivel de los residentes, tuviéramos los municipios adecuados. El mantenimiento básico no existe. Y lo hemos visto con los vertidos fecales en las playas. Tenemos un problema de base que nadie ha atacado; ningún partido político en muchísimos años ha querido invertir en infraestructuras. Antes de iniciar la temporada, cada uno de los gerentes de las asociaciones traslada a los ayuntamientos con las necesidades que tiene el sector. El 95 por ciento de las mismas, por no decir el 100 por cien, son de los propios residentes. Todos tenemos que ser mucho más exigentes como residentes, como empresarios, como sector.
¿Salva algún ayuntamiento de esta falta de compromiso?
Bueno, algún ayuntamiento tiene un consorcio que le funciona con colaboración público-privada y a lo mejor es más eficiente en la gestión de sus recursos, pero la gran mayoría tiene que aprender mucho para mejorar esa gestión. Deberíamos ser mucho más eficaces. Muchas veces se habla de que tenemos congestión (por no decirlo de otra manera) y a veces es un tema de eficiencia del transporte público. Porque lo turistas que nos visitan están acostumbrados a ir en transporte público, pero nosotros aquí no les damos ninguna facilidad. Tienen que alquilar un coche, luego no tenemos aparcamientos suficientes, se congestionan las carreteras… (también en invierno cuando no hay turistas). Está claro que es una dejadez de funciones por parte de la administración pública. Ha habido un crecimiento demográfico en los últimos veinte años, pero no se han adaptado las infraestructuras a ese crecimiento. No nos hemos adaptado al residente, y estamos muy lejos de adaptarnos a las necesidades de los turistas que nos visitan.
Necesitamos inversiones en las zonas turísticas, sobre todo en los destinos maduros, que están muy degradados y que es en donde más inversión privada ha habido
La normativa autonómica ha permitido que los hoteles de Baleares hayan invertido más de 1.700 millones en cinco años para mejorar sus instalaciones y aumentar categoría. El 60 por ciento de la planta se ha renovado. ¿Cómo ha variado la situación tras el cambio de ley?
El cambio de normativa no propicia nuevas inversiones en el sector hotelero. Entendemos perfectamente que debemos regirnos por unas leyes, pero consideramos que éstas no deben de ir vinculadas a una fecha de caducidad. Desde la FEHM hemos trasladado a la administración que debe tener en cuenta que los establecimientos hoteleros deben de ir actualizándose y que la planta hotelera necesita reformarse aproximadamente cada 10 años. Además, como sabemos, hoy en día que todo cambia tan rápido que debemos adaptarnos a las necesidades y exigencias del cliente.
¿Hay inversiones en marcha o proyectos pendientes para este 2019?
Aún no tenemos datos definitivos de los meses en curso para dar una cifra de inversión cerrada, pero estamos en disposición de avanzar que en Platja de Palma se renuevan 20 establecimientos, 6 en Palmanova, 5 en Capdepera, 14 en Palma que hacen actualizaciones y también los establecimientos asociados en Reis Mallorca tienen una importante inversión en reformas. Además hay algún nuevo establecimiento en construcción en Capdepera.
¿Qué echa en falta de la estrategia turística por parte del Gobierno central?
Yo creo que no existe una estrategia turística a nivel nacional. La cual sin duda, pasaría por una planificación donde se ponga el foco en la colaboración público-privada. Necesitamos una hoja de ruta con unos objetivos concretos que englobaran políticas transversales y tengan en cuenta todas las necesidades del sector, que por otra parte, son muchas. Es muy importante que sean a largo plazo y no a golpe de legislatura. Todo suele ser muy cortoplacista, tanto a nivel autonómico como municipal y nacional. Echamos en falta valentía, proposiciones reales. Yo eso no lo he visto.
No existe una estrategia turística a nivel nacional. Todo suele ser muy cortoplacista, tanto a nivel autonómico como a nivel municipal y a nivel nacional
¿Cómo afecta la incertidumbre política en España al sector?
Para empezar no afecta sólo al sector que represento, sino que se extiende a todos los demás. Todos sabemos que la incertidumbre genera inestabilidad y de sobra ya somos conocidos a nivel europeo. Por lo tanto lo único que se está provocando son amenazas hacia un sector competitivo que ha tirado del carro de la economía de este país cuando más lo ha necesitado.
Ha aumentado la categoría de los hoteles, no ha habido una gran bajada en las cifras de ocupación y han aumentado los ingresos. ¿Qué reflejo tiene esta situación en la rentabilidad del negocio?
La rentabilidad de esta temporada sabemos que ha bajado. Es evidente que los costes han subido más de un 8 por ciento. También la dificultad que teníamos con el resurgir de países competidores y el tener que ir variando la comercialización. No ha sido fácil, pero lo que está claro es que las rentabilidades han bajado y que ahora se tomarán decisiones para las próximas temporadas que afectarán a inversiones y empleo. Creo que se aproximan unos años más difíciles. Si hubiéramos permitido que esa normativa inversora hubiera pervivido, la rueda hubiera seguido rodando y en invierno tanto constructoras, como distintos proveedores de las islas hubieran podido seguir planificando mejor su trabajo y no acotándolo a unos años en los que incluso llegamos a necesitar ayuda de constructoras de fuera de las islas porque no se daba abasto.
Ha habido un crecimiento demográfico en los últimos veinte años, pero no se han adaptado las infraestructuras a ese crecimiento
¿Firmaría hoy un 17 por ciento de subida salarial?
La firma se hizo para que las retribuciones salariales ascendieran un 17 por ciento en 4 años. Como apuntaba antes, las previsiones que manejamos de cara a las próximas temporadas están generando mucha incertidumbre y para algunas empresas será complicado cumplirlo. Sin ser alarmista, pero sí realista, la foto que tenemos a día de hoy es la del cambio de ciclo que ya veníamos advirtiendo desde el año pasado. Con estas alarmas creo que ha faltado capacidad de reacción; no se deberían haber tomado decisiones como la duplicación del Impuesto de Turismo Sostenible y otras políticas como la abolición de la normativa que facilitaba las inversiones. Ha faltado una altura de miras y una visión más global para encarar los retos más inminentes. Porque si como sector, nos comprometimos con esa negociación colectiva extendiendo los beneficios empresariales al capital humano del sector turístico, sin duda fue porque consideramos que las condiciones no cambiarían y que la administración autonómica no jugaría a la contra y apoyaría al principal sector económico de Mallorca en un momento tan cambiante en el que tenemos que hacer frente a otras amenazas externas, como son el Brexit, recuperación de mercados competidores, etc.
El alquiler turístico ha llegado para quedarse y no parece fácil su gestión. ¿Algún hotelero le ha expresado su intención de pasarse al alquiler turístico?
No. Ni en petit comité, ni en las asambleas de la federación. Lógicamente los que estamos implicados defendemos el futuro de una actividad económica como es la hotelera desde la legalidad. La irrupción del alquiler vacacional, con el que convivimos perfectamente desde hace más de veinte años, surgió a través de plataformas en internet y supuso la aparición en el mercado de un volumen extraordinario de camas en alquiler vacacional, que rompió las reglas del juego estableciendo distintos raseros y varas de medir. Como no estaba regulado, no se les pidió lo que se le exige a un hotel para cumplir con los estándares de calidad que debemos ofrecer a nuestros clientes. Parecía que todo valía, sin parámetros con los que cumplir las correspondientes inspecciones, etc. Al principio se vendió como si fuera economía colaborativa, aunque al poco tiempo todo el mundo fue consciente de que estamos ante una actividad económica más que tiene que ser reconocida, con sus licencias y su regulación. Por eso desde la FEHM presentamos nuestras alegaciones.
Las rentabilidades han bajado y ahora se tomarán decisiones para las próximas temporadas que afectarán a inversiones y empleo
¿No hay cierto caos normativo con muchos niveles de la administración interviniendo en el asunto: la comunidad, los ayuntamientos, el Consell, el Gobierno de Madrid, la CNMC…?
En esta ultima etapa, se ha trabajado una regulación desde el Govern. El Ayuntamiento de Palma optó por prohibir el alquiler y el Consell optó por la zonificación con sus pros y sus contras. La secretaria de Estado dijo que estaban trabajando para intentar armonizar una parte de esa normativa, porque es verdad que hay una parte que le compete, pero hay otra parte que es competencia de las comunidades autónomas. Y esa parte es la que nosotros tenemos que trabajar aquí en las Islas Baleares. Ahora, con el contencioso administrativo que ha presentado Habtur, a lo mejor hay cambios en esa normativa.
¿Regular el alquiler vacacional acabará con la sensación de congestión que se ha hecho notar las últimas temporadas?
No sabemos cómo va a acabar este tema, pero sí es cierto que la capacidad de carga de nuestro territorio es limitada. Nosotros tenemos que cuidar esa gran transformación del sector que se ha demostrado con números y con la que íbamos bien encaminados. Tenemos que ir con mucho cuidado de no romper el camino recorrido. Todo el mundo debe ser responsable; nosotros y todos los demás. Es decir, si se ha establecido un número límite de plazas turísticas en las islas es por sostenibilidad y capacidad de carga del territorio. Creo que ahí no deberíamos mirar de manera individualista, sino pensar en la sociedad en general. Cada uno tiene derecho a poder ejercitar su trabajo pero de una manera regulada. No liberalizarla, ni mucho menos.
Desde su visión de conjunto del sector ¿cuáles serían los retos inmediatos?
El tema de la digitalización es un gran reto en el cual estamos plenamente involucrados. Hace ya mucho tiempo que estamos trabajando en la transformación. Estamos adaptando al personal e invirtiendo en formación. La tecnología nos está haciendo más competitivos. Las nuevas tecnologías nos han permitido un abanico de posibilidades que hace que optimicemos mejor nuestra estructura tarifaria. Es un gran logro. Pero también la digitalización afecta a otras cuestiones como el mantenimiento de las renovadas instalaciones hoteleras. Ahora los hoteles se gestionan a través de sistemas de domótica que sobrepasan la cualificación del personal que tenemos contratado desde hace años y existe una necesidad de formación. Para mejorar su formación y ser más eficientes hemos creado una escuela de mantenimiento en instalaciones hoteleras pionera en todo el Estado, HOTECMA. Y en temas de cocina, igual. Hay que prepararse. Hay puestos que van desapareciendo, pero hay otros que se van incorporando.
El alquiler vacacional se vendió como si fuera economía colaborativa cuando es especulación y hay que regularlo
Usted lo citaba antes: el Brexit parece uno de los interrogantes más inmediatos.
Es una amenaza a la vuelta de la esquina. Y no estamos llevando con suficiente fuerza la negociación turística. España y Reino Unido son los dos países más conectados del mundo. Tenemos muchos intereses mutuos. Es el primer mercado emisor a nivel nacional y existe una necesidad de que las cosas fluyan y que no se pongan impedimentos tipo visados, o problemas en las operaciones de las compañías aéreas, o temas de seguro médico… Hay muchos temas que no se están trabajando y nos podemos encontrar con que el 29 de marzo haya un gran caos.
2019 es año de elecciones. ¿Qué reclamarán a los gobernantes que salgan de las urnas?
Una colaboración público-privada real. Necesitamos más altura de miras y una política turística tanto a nivel nacional como autonómica que tenga en cuenta políticas transversales, tan necesarias para el sector. No se debe gobernar a golpe de legislatura, sentémonos a trabajar y a planificar una estrategia, con unos objetivos claros y consensuados con el sector privado.