Los edificios del Área de Salud de Menorca más antiguos, como Es Banyer en Alaior o el centro de Salud Dalt Sant Joan en Maó, “son los que presentan más carencias desde el punto de vista de las barreras físicas, mientras que uno de los aspectos a mejorar en todos los centros de atención primaria y también en el Hospital Mateu Orfila es la implementación de un sistema de llamada a la consulta pensado también para las personas sordas o con baja
audición“.
Estas son algunas de las conclusiones que ha destacado la auditoría sobre accesibilidad realizada por la Fundación para Personas con Discapacidad de Menorca (FPDM) en los diferentes centros del Área de Salud de Menorca por encargo del propio Servicio de Salud y que han presentado esta mañana el gerente del Área de Salud de Menorca, Antoni Gómez Arbona, el gerente de la FPDM, Andreu Hernández, y el coordinador del Departamento de Movilidad de la Fundación y autor de la auditoría, Pepe Capella.
El trabajo ha servido para poner de manifiesto las mejoras necesarias que se deben llevar a cabo desde el punto de vista de supresión de barreras arquitectónicas de los edificios así como las barreras de tipo comunicativo.
En total la Fundación ha realizado 12 visitas, con los informes correspondientes, y ha elaborado una memoria final para captar en qué punto se encuentran los centros de salud de Menorca. Se trata de que este proyecto sirva para mejorar y adaptar la red de salud de de la isla y “garantizar entornos inclusivos tanto para los pacientes y visitantes como para los trabajadores de los centros, dando así cumplimiento a las exigencias legales en materia de accesibilidad”. De este modo, se adaptan los entornos a todas las personas, sin prejuicio de sus capacidades, y se favorece su autonomía y su desarrollo personal.