Para aquellas urbanizaciones o unidades de desarrollo urbanístico que ya han hecho los deberes, nada debe preocuparles.
En muchos ayuntamientos de Menorca, los lugares donde se ha trabajado para instalar alcantarillado han sido núcleos donde los costes estaban subvencionados o parcialmente subvencionados. Por norma general, se ha actuado en lugares con un reducido número de viviendas. El resto de núcleos que se han mantenido a la sombra de las sucesivas prórrogas que se habían pedido a Europa, quien marcaba el calendario para regularizar una situación insostenible de falta de infraestructuras para el tratamiento adecuado de las aguas sucias, ven ahora como se acaba el tiempo.
Los ayuntamientos de Menorca que tienen tareas pendientes asumen que habrá que acometer estas obras. Pero, ¿quién se hará cargo de los costes? Si los políticos no consiguen financiación extra para el alcantarillado, deberá correr a cargo de los contribuyentes. Esto genera en estas fechas de campaña electoral un debate en el que se mezclan promesas de hallar la solución a estas incógnitas frente al desasosiego de quienes viven en zonas donde aún no hay saneamiento público y que anticipan que deberán pagarlo de sus bolsillos.