Tres meses y unos días parece poco tiempo si a desarrollar soluciones profundas se refiere. Pero todos los alcaldes han aprovechado para hacer declaraciones en favor de una gestión que no se ha parado un solo día de trabajar.
En Es Migjorn se queja la alcaldesa de que tuvo que solucionar asuntos que recibió en herencia del anterior equipo y solucionando temas cómo el del macro concierto de Queen. En Alaior la lista de ejemplos que ilustran estos primeros 100 días es indudable, aunque cae casi todo el peso en la parte cultural.
En Es Mercadal preocupa la escuela, que ha sido y sigue siendo su principal tema sobre la mesa. En Ciutadella ya querrían ver Es Born abierto y en Maó también hay varios frentes que avanzan al paso que marcan las obras, como el segundo ascensor entre el puerto y la ciudad.
Asumiendo que los primeros cien días en cualquier administración no da margen para milagros, desde Sant Lluís suspiran por ver avanzar el tema del desarrollo de la segunda planta del geriátrico, que ampliaría considerablemente unos servicios en todo el levante insular. Este último caso y otros muchos están condicionados a trabajar mano a mano con otras administraciones lo que en el marco socio-político que vivimos es equivalente a esperar y ser paciente.
En Es Castell aseguran trabajar en el día a día pero también con miras al año siguiente, con el trasfondo de definir el futuro de sus cuarteles de la Explanada.
Finalmente en Ferreries hacen un balance positivo y proyectan planes en un futuro no muy lejano para desarrollar programas vinculados a su condición de Ciutat educadora o la mejora de urbanizaciones como Cala Galdana.