Todo lo que tiene que ver con la anestesiología nos suele producir siempre una cierta inquietud, quizás por desconocimiento…
La función de la anestesia es favorecer la posibilidad de que una persona pueda ser intervenida. Con la anestesia se quita el dolor, para que el cirujano pueda intervenir, y se mantiene al paciente en condiciones óptimas mientras se está realizando la cirugía. Por otra parte, en relación a lo que me comenta, debo decir que las técnicas anestésicas han evolucionado muy positivamente durante los últimos años y son hoy muy seguras. Es muy raro que se compliquen actualmente. La anestesia general es un espacio seguro.
¿Cuáles son los ejes de su labor al frente del Colegio de Médicos?
Uno de los ejes básicos de la actual Junta de Gobierno es estar al lado del médico en los momentos de mayor vulnerabilidad. Para hacerlo posible, hemos adoptado diversas medidas, como la contratación de una asistente social o la creación de la Oficina de ayuda a la Segunda Víctima. La función de dicha oficina, pionera en toda España, es ayudar de manera anónima a un médico que haya podido sufrir un incidente crítico y se encuentre mal. Además, hemos seguido con el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo. Con todas esas iniciativas se protege también, paralelamente, a la misma sociedad, que ha de tener la tranquilidad de que el médico que está en activo y ejerciendo se encuentra en plenas facultades.
La salud ha de tener una cobertura universal; pero eso no tiene nada que ver con lo que puede ser el abuso o el turismo sanitario
Me consta que también trabajan en materia de igualdad…
Efectivamente, es así, pues estamos facilitando también la incorporación de la perspectiva de género en el mundo de la colegiación. Por ejemplo, hemos ido de la mano con el Sindicato Médico a la hora de facilitar que nuestras compañeras, cuando se quedan embarazadas, no tengan una merma económica por la condición del embarazo. En definitiva, si tuviéramos que poner un lema a nuestra labor, sería que deseamos que el facultativo sienta que el Colegio de Médicos es su casa.
Suele decirse que los médicos son los peores pacientes. ¿Es realmente así o es más bien un tópico?
No es ningún tópico —sonríe—, es una realidad. Los médicos hacemos todo lo que decimos a nuestros pacientes que no hagan y que además sabemos que va mal, como la automedicación o las visitas de pasillo. Somos muy malos pacientes. Precisamente, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo nació un poco por las propias características del médico, porque es difícil que admita que tiene un problema o una enfermedad, y que vaya a otro compañero como toca, en la condición de paciente.
¿Qué le parece que hoy muchos pacientes busquen un posible diagnóstico directamente a través de Internet?
Lo que suele ocurrir es que el paciente te llega con una idea prefijada y en ocasiones con una mala información. Hay páginas de Internet que son aceptables y otras que dan una información muy errónea. En ese sentido, tienes que convencer al paciente de que no todo lo que ha leído es verdad y tener un poco la capacidad para dirigirlo a páginas de Google seguras. Podríamos decir que antes las personas iban al médico, no sabían qué tenían y venían para que les diagnosticaran. Ahora, en cambio, ya vienen casi, entre comillas, con el diagnóstico hecho, un diagnóstico que tú tienes que rebatir en ocasiones.
Uno de los ejes básicos de la actual Junta de Gobierno es estar al lado del médico en los momentos de mayor vulnerabilidad
¿Diría que la calidad y el servicio de la sanidad pública y de la privada son equivalentes?
Creo que el Sistema Nacional de Salud que tenemos es un sistema de calidad, pero también considero que la medicina privada que se realiza en Baleares es igualmente una sanidad de calidad. Los médicos que trabajan en esta comunidad son profesionales cualificados. Por lo tanto, dirigirse a la sanidad pública o a la privada es una decisión que depende del gusto y de las preferencias de cada persona.
¿Cómo valora el incremento en el número de agresiones a los profesionales sanitarios?
No estoy tan segura del hecho de que realmente el número de agresiones haya aumentado. Lo que ha aumentado es la no tolerancia hacia esa situación por parte del médico. Nosotros hemos hecho mucha campaña para incidir en que el profesional sanitario no tiene por qué tolerar una situación de esas características por parte de nadie y en animarle a que venga al Colegio de Médicos a denunciarla.
¿Qué se puede hacer para intentar evitar las agresiones?
La sociedad ha de entender que no sólo tiene derechos, sino también deberes. Si hablamos ahora del Sistema Nacional de Salud, que es muy valioso, las personas tienen que cuidarlo. Agredir a un médico es atentar contra la salud pública, contra todo el sistema de salud. Por ello, creo que hay que educar no sólo en los derechos que tenemos, sino también en las obligaciones. Tenemos que cuidar lo que tenemos y eso es obligación de todos.
El catalán debería ser un mérito, no un requisito, sobre todo teniendo en cuenta que hay un déficit de médicos bastante importante
¿Todo el mundo, sin excepción, debería tener la tarjeta sanitaria?
Desde el Colegio de Médicos tenemos una postura muy clara. Pensamos que la salud ha de tener una cobertura universal. Eso no tiene nada que ver con lo que puede ser el abuso o el turismo sanitario, que es un tema diferente, pero la asistencia sanitaria creemos que debe ser universal.
¿Siguen defendiendo que el catalán debe ser un mérito y no un requisito?
Pensamos que debería ser un mérito, sí, sobre todo teniendo en cuenta que actualmente hay un déficit de médicos bastante importante, que somos la principal comunidad importadora de médicos y que hay destinos de difícil cobertura, como Ibiza o Menorca, y no digamos ya Formentera, donde hay una triple insularidad.
¿Cómo se podría intentar atraer a los médicos a Baleares y fidelizarlos?
En primer lugar, lo que tendríamos que hacer, que este año se ha hecho, es aumentar las plazas MIR. Baleares es un lugar muy apetecible para hacer una especialidad y pasar la residencia. De hecho, muchos de los residentes que vienen por cuatro años, al final se quedan. Otra forma de fidelizar es mejorar las condiciones económicas. Hay que recordar que en lugares como Ibiza, Formentera o Menorca las viviendas son hoy muy caras. Por último, podría ayudar también a fidelizar el hecho de potenciar la formación y la proyección profesional del médico.
Hay que informar y dar educación sanitaria a la población, para saber cómo utilizar los recursos
Si tengo fiebre, ¿he de ir al médico de cabecera, al Punto de Atención Continuada —PAC— o al hospital?
En este caso concreto que me plantea, le diría que si tiene fiebre, lo mejor sería ir como primera opción a su médico de cabecera, que es quien le conoce y sabe qué patologías tiene. En caso de que su centro de salud esté ya cerrado cuando usted empiece a sentirse mal, debería ir a un PAC para ser atendido. La posible derivación a un hospital, en caso de ser necesaria, debe ser determinada por un médico de Atención Primaria. Con ese modo de proceder se evitaría, hablando ya en general, un importante colapso en los servicios de Urgencias de los hospitales. En línea con lo que le acabo de decir, creo que hay que informar y dar educación sanitaria a la población, para saber cómo utilizar los recursos.
¿Les suelen gustar las series televisivas de médicos?
La mayoría de médicos las hemos visto todas, como “Mash”, “Urgencias” o “House” —sonríe de nuevo—. Yo creo que muchas mujeres de mi edad hemos sido médicas por el doctor Gannon, de la serie “Centro Médico”, que era guapísimo y lo hacía todo superbién, ja, ja, ja. Pero más allá de nuestras preferencias, pienso que las series muestran unas circunstancias que a veces no se asemejan a la realidad. Si pensamos en “House”, quizás su protagonista sea la antítesis del médico, pues a pesar de que hace buenos diagnósticos, apenas habla con los enfermos y es poco empático. En ese sentido, le diría que la información con la que se hacen las series no creo que sea muy veraz.
¿La relación entre el médico y el paciente ha cambiado en las últimas décadas?
Sí, sin duda, ha cambiado. Antes, el médico no dejaba tomar decisiones al paciente, porque consideraba que sabía lo que era mejor para esa persona. Hoy, en cambio, el paciente es mucho más autónomo, pues toma sus propias decisiones tras ser informado y asesorado de forma clara por el médico, que es ahora un profesional mucho más empático. Dicho esto, el deseo de ofrecer un buen servicio choca a veces con el poco tiempo que tenemos para poder ver a un paciente. En Atención Primaria, por ejemplo, suelen ser sólo cinco minutos. Ello hace que nuestra labor sea a veces muy difícil. Lo que falla en ocasiones es, por tanto, la estructura sanitaria.
… en el tema de las agresiones, se da la paradoja de que el personal médico de los hospitales públicos son susceptibles de ser agredidos… mientras que hay otro individuo, al que se le permite el acceso a las instalaciones SIN ser médico, se le permite vestir con bata blanca SIN ser médico, y se le permite tener un despacho cinco veces más grande que a los médicos de verdad, que se pasea como pedro por su casa y al que los potenciales agresores se guardarán muy mucho de agredir, porque debajo del disfraz tiene otro disfraz con alzacuellos, que utiliza como salvoconducto… qué curioso