A pesar de las graves consecuencias legales que puede suponer para los autores, las bromas telefónicas al servicio de Emergencias de 112 siguen produciéndose a diario. Este año, según datos actualizados hasta noviembre, los avisos falsos ya superan la cifra de 3.500, con una media diaria de 10,7 y un promedio mensual de 321.
El servicio telefónico de Emergencias 112 en Baleares recibe una media de 10,7 llamadas diarias que corresponden a bromas o denuncias ficticias, según los datos pertenecientes a 2019 y facilitados a mallorcadiario.com por este organismo vinculado a la Conselleria de Administracions Públiques i Modernització del Govern autonómico.
En términos mensuales, la media del presente año es de 321 llamadas relacionadas con bromas, aglutinando una cifra total en números absolutos de 3.538 comunicaciones telefónicas.
La evolución comparativa de este tipo de comportamientos, para los que la ley establece graves consecuencias económicas e incluso penales, muestra un decrecimiento en relación a los últimos años: concretamente, en 2018, el número de bromas telefónicas al 112 fue de 5.236, y en 2017, de 8.067.
Las bromas forman parte de la categoría de “llamadas no procedentes” designada por el 112 para agrupar a todas las comunicaciones que, por unas u otras razones, no corresponden con situaciones de emergencia reales. Este es el caso también de las marcaciones erróneas, de las que este año se han producido ya 105.120, y de las disfunciones ocasionadas directamente por la red (46.216, de momento, en 2019). Si se suman los tres supuestos (bromas, marcaciones erróneas y fallos de la red), las llamadas no procedentes se elevan a 154.874, de las que las bromas propiamente dichas suponen tan solo una pequeña parte: en concreto, 3.538.
Las incidencias relacionadas con las bromas telefónicas al 112 son diversas: van desde la comunicación de un incendio, accidente o siniestro que, en realidad, no se han producido, hasta un falso requerimiento de atención médica o la notificación de una pelea o alboroto multitudinario que no ha tenido lugar.
Este tipo de comportamientos se hallan expresamente perseguidos por la Ley 3/2006 sobre gestión de emergencias en las Islas Baleares, que en su artículo 47 los califica de ‘infracciones muy graves’.
Para el 112, la utilización maliciosa del Sistema de Emergencias implica la ocupación de recursos limitados que deberían dedicarse, al cien por cien, a la atención de situaciones reales. A causa, precisamente, de estas prácticas, otros ciudadanos que verdaderamente necesitan de la intermediación del 112 ven impedido temporalmente su acceso al servicio.