Cristóbal Coll no se ha equivocado en sus previsiones -“tendremos buen tiempo, demasiado bueno incluso”- y un intenso calor ha acompañado esta tarde los primeros compases de la fiesta. A primera hora de la tarde, el repique de campanas y la salida de la Banda de Cornetas y Tambores “José y sus muchachos de Es Castell”, han anunciado con brío que comenzaba la bulla.
Se les han sumado las “colles de gegants y grallers”, la Banda des Migjorn y los “Xeremiers de Pollença”, antes de que el fabioler acudiese al Pla de sa Creu para que el alcalde diese paso al protocolo- permisos, entrega de bandera, “tic de fabiol” y “replec”-, se formase la “qualcada” y se pusiese la fiesta a los pies del patrón en las Solemnes Completas celebradas en la iglesia parroquial.
Todo un cúmulo de actos a modo de aperitivo del plato fuerte de las fiestas, el jaleo. Para cuando la música sonaba en el Pla de sa Creu y los caballos ofrecían sus primeras cabriolas, el calor había cedido en buena parte mientras que la alegría se desbordaba. Quedaba mucho jaleo por delante, mucha música, muchas risas y muchos saludos, antes de que la verbena popular con las orquestas Sonic y Sarau, tomasen el relevo a caballos y jinetes.