El barrio de Gràcia de Barcelona vivió esta pasada noche la última celebración de Sant Antoni. Desde hace 28 años esta zona de la Ciudad Condal reúne a los estudiantes de las islas, muchos de ellos menorquines, para encender ‘festers’ y ‘torrar’ sobrasada y butifarrons. La fiesta arrancó en la Plaça Virreina con un correfoc y después se encendieron hogueras en varias plazas de la zona como la del Diamant. La mayoría de asistentes acudían con parrillas en donde asar los productos típicos de Balears y poder vivir, con un cierto retraso, la fiesta de uno de los santos más venerados por toda la geografía balear, especialmente en Menorca. La tradición ha arraigado ya tanto en Gràcia que son muchos los barceloneses que también se suman a los festejos por Sant Antoni.
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