Sant Lluís se erige como el centro del mundo camusiano, bebiendo de los lazos de sangre que tenía el argelino con Menorca. Al principio fueron los encuentros que reunieron a las figuras culturales más representativas del Mediterraneo; literatos, estudiosos, pensadores, intelectuales y demás.
Al año siguiente confirieron el primer Premio Mediterraneo que se llevó la artista Mona Hatoum. Y así han instaurado este cliché de repetir cada dos años cada una de estas facetas de inspiración camusiana.
Albert Camus fue un escritor y un filósofo que se destacó por corrientes como el absurdismo y el existencialismo. Fue una persona polifacética que combinó la escritura con la filosofía o el periodismo.
Precisamente por esa faceta periodística ahora la organización de las ‘Trobades’ lanzan este año un segundo premio que se llama Incipiens.
Abarca todo el ámbito del periodismo (texto, fotografía e ilustración). Este premio quiere convertirse en una plataforma de difusión de proyectos que den a entender una forma de hacer periodismo que dialogue con las premisas de Albert Camus y de su forma de vivir «la profesión más bella del mundo».
El Premi Mediterrani Albert Camus Incipiens se concede cada dos años (los años pares), entre cada edición de las Trobades, a una autora o autor de trayectoria incipiente cuya propuesta de investigación y reflexión periodística (gráfica, fotográfica o textual) se inscriba en los planteamientos de la próxima edición de las Trobades (en 2021 bajo el lema: “No hay vida sin diálogo”) y, desde su propio prisma, dialogue del algún modo con el testimonio camusiano y con la forma de entender el periodismo de Albert Camus.