La limpieza de las 7 capas que se habían ido añadiendo desde que en 1818 se construyó el Santo Sepulcro, el proceso de la nutrición de la madera que se encontraba muy reseca, los trabajos de artesanía con el “dorado al agua”,… una serie de tareas que la restauradora menorquina Judit Tur comenzó en julio de 2019 y que finalizarán el 1 de abril para que la Cofradía del Santo Sepulcro de la Iglesia de Santa María de Maó pueda lucir este minucioso y delicado trabajo en las procesiones de Semana Santa.

Ahora está rematando la tapa de la urna y procederá a terminar las garras que sujetan el estandarte y los faroles que se colocan cuando está en reposo en la iglesia. “Quedan cositas, no muchas”, dice Tur, “está siendo una restauración muy delicada y el proceso impacta mucho por lo que hasta ahora no hemos tenido muchas visitas. Verlo al natural es impresionante”.

Una urna que mide aproximadamente 3×2 metros y que acoge la imagen de Cristo que, junto a la figura del ángel, fueron restaurados en 2009 en Mallorca.