A día de hoy tenemos un virus del que no tenemos vacuna (aún) y que se contagia con más rapidez y facilidad que cualquier otro. Por eso seguimos confinados.
Si la curva de contagios se para, el siguiente paso sería levantar paulatinamente el encierro. Pero no podrá ser de cualquier manera. Tener prisa por salir o hacerlo sin la protección adecuada sería contraproducente. Podría generar un repunte de casos y eso se quiere evitar. Por eso en las últimas horas la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que el uso de mascarillas es conveniente para acceder a lugares públicos.
Si las primeras acciones de prevención sugerían la misma metodología que una gripe convencional, ahora es distinto. No basta con lavarse bien las manos o estornudar o toser tapándose la boca. Conviene incorporar mascarilla, guantes y nuevos hábitos de higiene que tengan en consideración lo que tocamos o lo que hayan podido tocar otras personas. Eso incluye un distanciamiento con el resto de personas. Los elementos de separación (mamparas o cristales) ya se están utilizando en los comercios que suministran elementos básicos y esenciales.
Respecto al tema de las mascarillas también hay un debate. ¿Sirve cualquier mascarilla? Situémonos en contexto; un sanitario que atiende a un paciente que tiene algún síntoma de la enfermedad deberá utilizar una mascarilla homologada para evitar el contagio. De la misma manera que una persona que tiene algún tipo de sintomatología o que pertenece a un grupo de riesgo deberá tener una mascarilla más “profesional”. El resto de perfiles pueden utilizar mascarillas más sencillas pero teniendo en cuenta que deben desecharse o limpiarse (según cómo estén confeccionadas) cada 48 horas.
También hay que evitar tocarse la cara (ojos, nariz) y aprender a retirar la mascarilla desde detrás hacia delante.
Para aquellas personas que están mucho tiempo al aire libre por su trabajo, e incluso al ir a pasear a la mascota, es conveniente el uso de gafas (pueden ser de sol)
Tendremos que utilizar guantes y aprender a desecharlos de manera correcta, evitando el contacto con la superficie que haya estado en contacto con el exterior. Sería ideal tener un espacio para quitarnos la ropa cada vez que vayamos a entrar en nuestra casa y que el destino de ésta sea la lavadora (mejor temperaturas altas si el tejido lo permite).
Además de estos consejos de vestimenta, se extienden las recomendaciones a una limpieza más frecuente de nuestros espacios vitales o con los que tenemos contacto.
Los equipos de protección individual (EPI) se restringen para aquellas personas que los necesitan por su labor con enfermos contagiados y, si no hay orden en contra, no se necesitarán para la mayoría de ciudadanos cuando empiece la primera fase de la vuelta a la normalidad.
Todas las medidas se deben tomar en el contexto que corresponda y siempre siguiendo las indicaciones de las autoridades.
Añadiremos aún que llevar una solución alcohólica desinfectante y pañuelos desechables son recursos útiles en estos días. Siempre hay que ser consciente de qué tocamos y qué pueden haber tocado otros; pasamanos, pomos de puertas, herramientas,…