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(Galería de fotos) Así se vuela ahora entre Menorca y Mallorca

Terminal de salidas del Aeropuerto de Menorca completamente vacía.
Terminal de salidas del Aeropuerto de Menorca completamente vacía.
Marcas en el suelo para recoger las maletas.
Marcas en el suelo para recoger las maletas.
Cuestionario de salud en el avión.
Cuestionario de salud en el avión.
Muy pocos aviones en el parking.
Muy pocos aviones en el parking.
Facturación en Palma, con la terminal vacía.
Facturación en Palma, con la terminal vacía.
Señales para mantener la distancia.
Señales para mantener la distancia.
Son Sant Joan, vacío a primera hora de la mañana.
Son Sant Joan, vacío a primera hora de la mañana.
Cámara termográfica de control de temperatura.
Cámara termográfica de control de temperatura.

Mascarillas, muchos filtros de seguridad, un cuestionario de salud del pasajero, cámaras termográficas para controlar la temperatura y aeropuertos desiertos. Es el nuevo escenario de los vuelos interislas, la hoja de ruta que deben seguir desde hace unos días decenas de menorquines que se trasladan a Mallorca. Menorcaaldia.com relata la experiencia de un viaje de ida y vuelta por la nueva normalidad.

Palma, entre controles y silencio. El viaje empieza en el aeropuerto de Son Sant Joan, uno de los que registra mayor tráfico de Europa. A las 08.30 horas de la mañana, impresiona el silencio del exterior, la ausencia de vehículos. El parking interior es un desierto, con los accesos directos a la terminal clausurados. Las escaleras mecánicas tampoco funcionan y para acceder a salidas hay que hacerlo a través de la terminal de llegadas. Un control de seguridad, el primero, nos recibe en la puerta del aeropuerto. Solicitan la tarjeta de embarque, y la mascarilla es obligatoria en el interior del recinto.

Dos filtros más. A la hora de facturar una maleta encontramos un cartel que nos recuerda que se debe mantener una distancia de 2 metros en la cola de pasajeros. Nadie espera, nadie hace cola en el mostrador de Air Nostrum. Al acceder a la terminal interislas, la Guardia Civil vuelve a requerirnos la tarjeta de embarque. En el filtro posterior, la volvemos a enseñar. 

Cafeterías cerradas y máquinas paradas. El único bar que hay en la terminal interislas de Palma está cerrado. La gran mayoría de máquinas que dispensan bebidas y comida están cerradas. El pasillo se ha dividido en dos partes: uno para los viajeros que llegan, y el otro para los que salen. Los mensajes de megafonía alertan a los pasajeros para que cumplan con el distanciamiento social. 

Sin aviones en la pista. Apenas hay aeronaves en el aeropuerto. En el parking contamos dos aviones de Air Nostrum. Uno que vuela a Ibiza, y el que debe trasladarnos a Menorca a las 11.10 horas de la mañana.  

El cuestionario en el avión. Una vez que accedemos al avión, la azafata insiste en recordarnos que mantengamos la distancia entre los pasajeros, algo difícil de cumplir por lo reducido del espacio. La tripulación nos indica que en nuestro asiento encontraremos un documento que debemos rellenar. Se trata de un cuestionario de salud del viajero. Pide los datos personales, el lugar de residencia en el destino y nuestra información clínica. El documento lo deberemos entregar a la llegada a Maó. 

Llegada a Menorca y control de temperatura. Al aterrizar en la Isla, la fila única nos lleva hasta un control de temperatura. Allí, un Guardia Civil nos indica que nos situemos en un punto señalado para que los sanitarios nos controlen la temperatura. La huella de la Covid-19 también se nota en la recogida de las maletas. Hay puntos específicos para recuperarlas dibujados en el suelo. 

El regreso desde Maó, menos medidas. El control en el Aeropuerto de Menorca es menor. No hay ningún personal de seguridad en la puerta del aeródromo y, tras facturar la maleta, tampoco la Guardia Civil nos pide las tarjetas de embarque en el piso de arriba. No hay señales para mantener la distancia a la hora de embarcar.  Eso sí, en el avión, debemos volver a rellenar el cuestionario de salud. 

Llegada a Palma y nuevo control de temperatura. Siempre con la mascarilla puesta, al llegar al aeropuerto de Son Sant Joan nos encontraremos de nuevo con un control de temperatura. Esta vez es diferente. Se trata de una cámara termográfica que mide la temperatura sin obligar al pasajero a detenerse. Bajo la supervisión siempre de la Guardia Civil, el viajero pasa por una zona indicada para recoger la maleta. El viaje ha acabado, pero la nueva normalidad, no ha hecho más que empezar…


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