El parque automovilístico de nuestras carreteras es el segundo más viejo de Europa, según los datos de matriculación. La industria automovilística estaba en horas bajas antes de que estallara la pandemia y la previsión inmediata era una debacle para las empresas y para el empleo.
Ante un momento así, el Gobierno ha presentado ayudas en diferentes frentes. Al consumidor le deben interesar dos líneas que son ayudas incompatibles entre sí para la adquisición de un vehículo nuevo. Son el Plan MOVES (II) y el Plan de renovación del parque.
Empezamos por esta última. La ayuda se ha dirigido a sacar vehículos viejos de las carreteras, incentivar el consumo en el sector de la automoción y potenciar la movilidad eléctrica. Para conseguirlo se han dispuesto unas líneas de descuento que varían según la tipología de vehículo nuevo y la entrega de un vehículo de más de 10 años que saldrá de las carreteras.
Algunas voces se quejan de que ninguna ayuda está dirigida al sector de la venta de vehículo usado.
En función de las etiquetas medio ambientales del vehículo estas ayudas van desde los 400 euros (vehículo gasolina o diesel) hasta los 4.000 (eléctrico). En medio los hay de pila de combustible o híbridos enchufables con una autonomía de más de 40 km, híbridos, micro-híbridos o de gas (GLP/GNC).
El Plan MOVES (II) aporta una ayuda que va desde los 1.900 € hasta los 5.500 €. A esto podemos añadir otros 750 € extras si el vehículo ha de adaptarse para personas con movilidad reducida. Por su parte el fabricante o concesionario deberá añadir un descuento de como mínimo 1.000 €.
Por otro lado, la cuantía aportada por el Estado será mayor si achatarramos un coche con una antigüedad de más de 7 años, con ITV en vigor y cuyo titular no haya cambiado en los último 12 meses. De nuevo el objetivo es fomentar la adquisición de vehículos mucho menos contaminantes aunque los expertos aseguran que, una vez más, las ayudas son muy limitadas porque se agotarán rápidamente.