Los Gegants de Sant Lluís decidieron celebrar un Sant Joan diferente y no dejar a los más pequeños del municipio sin su fiesta. Por esto sacaron de paseo a Joan Flametes. El gigante, con la obligada mascarilla, recorrió el pueblo durante 3 horas para poder llegar a todos los niños y niñas y recoger sus deseos en un salabre con un mango que aseguraba la distancia de dos metros requerida.
Las familias respetaron las indicaciones municipales que señalaban que no se siguiera al gigante porque él pasaría por todos las calles del pueblo para que nadie se quedase sin entregar su deseo.
La fiesta acabó con la quema de un pequeño bujot y el vídeo elaborado por Gegants de Sant Lluís deja constancia del buen rato que pasaron.