Un grupo de prestigiosos especialistas e investigadores en epidemiología y salud publicó, el pasado 7 de agosto, un artículo en la revista ‘Lancet’, uno de los principales puntos de referencia de la prensa científica internacional, en el que repasan las causas y las circunstancias que han convertido a España en uno de los territorios del mundo con más contagios de Covid-19. Uno de los firmantes del escrito es el doctor Joan Carles March, médico, investigador y docente mallorquín, experto en medicina preventiva, que desarrolla su labor profesional como profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), con sede en Granada. Colaborador en numerosos medios de comunicación y con gran presencia en las redes sociales, el doctor March es diplomado en Sanidad por la EASP y diplomado en Estadística por la Universitat Autònoma de Barcelona, además de máster en Salud Pública y Administración Sanitaria. Al mismo tiempo, March forma parte del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBIG) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).
Los firmantes del artículo plantean la necesidad de evaluar la gestión de la pandemia. ¿Por qué razones?
Necesitamos una evaluación independiente de la respuesta ante el Covid-19 en España. Es evidente y es preciso. Y eso es lo que refleja la carta que hemos publicado en la revista ‘The Lancet’, en la que un conjunto de 20 investigadores y salubristas españoles aportamos algunas claves para una mejora de la respuesta ante la pandemia. Nuestra pretensión, en todo caso, es reclamar una evaluación exhaustiva e imparcial con un grupo de expertos nacional e internacional.
“La carta publicada en ‘The Lancet’ es obra de 20 investigadores y salubristas españoles que pretendemos aportar claves para una mejor respuesta frente a la pandemia”
¿Qué función ha desarrollado usted personalmente en esta iniciativa?
Mi papel ha sido doble. En primer lugar, fui de las primeras personas con las que contactó la promotora de la carta, Helena Legido, investigadora de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, para valorar el alcance y la necesidad de esta acción. De esta manera, pasé a formar parte del grupo y tuve la posibilidad de discutir el contenido del documento, además de buscar a posibles firmantes de la misiva publicada en ‘The Lancet’.
La carta parte de una premisa indiscutible: España está entre los países del mundo más afectados por la Covid-19…
Sabemos que la pandemia ha golpeado fuertemente a España, con más de 300.000 casos, 28.498 muertes confirmadas, y alrededor de 44.000 personas de exceso de mortalidad. Más de 50.000 trabajadores de la salud han resultado infectados, y casi 20.000 defunciones ocurrieron en residencias de ancianos.
“En España ha habido falta de preparación para abordar una pandemia: sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para pruebas PCR, escasez de equipos de protección…”
¿Y por qué se ha llegado a esta situación en un país que cuenta con uno de los mejores sistemas de salud del mundo?
Las posibles explicaciones apuntan a una falta de preparación para abordar una pandemia. Estamos hablando, concretamente, de sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para las pruebas de PCR, y escasez de equipos de protección personal y de equipos de cuidados críticos. A ello hay que sumar una reacción tardía de las autoridades centrales y regionales, procesos lentos en la toma de decisiones, altos niveles de movilidad y migración de la población, falta de coordinación entre las instituciones públicas, tanto a nivel estatal como autonómico, poca dependencia del asesoramiento científico, envejecimiento de la población, grupos vulnerables que experimentan desigualdades sociales y de salud, y falta de preparación en las residencias de ancianos. Sin embargo, siendo todo esto cierto, la realidad es que estos problemas se vieron potenciados por los efectos de una década de austeridad que había agotado la fuerza laboral sanitaria y había reducido la salud pública y las capacidades del sistema de salud, sobre todo en Atención Primaria. De esta manera, el virus nos ha pillado bajo mínimos de salud pública y con déficits en un primer nivel asistencial ciertamente diezmado.
“La reacción de los responsables políticos ha sido tardía, tanto a nivel nacional como autonómico, y los procesos en la toma de decisiones han pecado de lentitud”
¿Por qué plantean la elaboración de una auditoría sobre la gestión de la pandemia?
Hace unas semanas, expusimos la necesidad de una evaluación exhaustiva, independiente e imparcial por parte de un panel de expertos internacionales y nacionales, centrada en las actividades del Gobierno central y de las 17 comunidades autónomas, así como en los sistemas de salud y asistencia social, para preparar al país con vistas a nuevas oleadas de Covid-19 o futuras pandemias. La finalidad de esta evaluación consistiría en identificar debilidades y fortalezas del sistema, teniendo muy presentes las lecciones aprendidas. Esta labor de análisis debe incluir las áreas de la gobernanza y la toma de decisiones, el asesoramiento científico y técnico, y la capacidad operativa. Y, además, han de tenerse en cuenta las circunstancias sociales y económicas que han contribuido a que España sea más vulnerable, incluidas las crecientes desigualdades.
“Estamos pagando los efectos de una década de austeridad que ha agotado la fuerza laboral sanitaria y las capacidades del sistema de salud”
¿Cuál está siendo la actitud frente a su propuesta por parte de los responsables políticos?
Esta evaluación no debe concebirse como un instrumento para asignar culpas. Más bien, debe identificar áreas en las que la salud pública y el sistema de salud y la asistencia social deben mejorarse. La clave no es encontrar culpables; la clave es la mejora. Sea como sea, esta tarea evaluadora resulta imprescindible y, no obstante, transcurren las semanas y no hay movimientos en este sentido. En cuanto a la pregunta que me plantea, he de decirle que hasta ahora ha habido conversaciones informales, pero no se han concretado en nada. Y la situación no solo no está mejor, sino que ha empeorado. Necesitamos soluciones de forma inmediata, y para ello queremos una evaluación que ayude a saber qué medidas han funcionado y por qué, y cuáles, en cambio, no han servido para parar la pandemia.
“La evalución que proponemos no es un instrumento para asignar culpas. La clave no es encontrar culpables, sino buscar la mejora”
¿Qué próximos pasos piensan dar como grupo?
Es una cuestión que estamos estudiando y analizando. Por un lado, queremos que los gobiernos apoyen una evaluación de la gestión, y la intención es seguir negociando al respecto. Por otra parte, estamos trabajando en cómo debería ser esta evaluación y en qué marco de política de salud debería ponerse en marcha. A ver qué ocurre. Esperemos que podamos avanzar y que lo hagamos pronto.
Este es un artículo de Joan F. Sastre de Mallorcadiario.