La Escuela de Salud Pública de Menorca ha dedicado su segunda jornada sobre la pandemia de COVID-19 a la propiedad intelectual de los medicamentos o el acceso universal a la vacuna, la oportunidad para cambiar las reglas y evitar desigualdades. La situación actual debería servir para profundizar en el sistema de vacunas y medicamentos y en la búsqueda de alternativas, según se dijo en la sesión de ayer jueves por la tarde.
Ellen F. M. ‘t Hoen fue la encargada de impartir la conferencia. Es experta en políticas de medicamentos y derecho de propiedad intelectual y ha sido consultora en varios países y organizaciones internacionales. Tiene una larga trayectoria en la defensa de los medicamentos esenciales. Actualmente, es investigadora en la Universidad de Ámsterdam y realiza investigaciones sobre la implementación de la Declaración de Doha sobre los ADPIC y la salud pública.
Convencida de que se pueden cambiar las cosas, trabaja para lograr que las vacunas estén disponibles para todo el mundo, en todos los países y libres de monopolios. En su conferencia, insistió en que la crisis sanitaria que se está viviendo por la Covid-19 “necesitamos reescribir las reglas” para cambiar el sistema y eso significa que hay que implicar a los países y trabajar para que haya acuerdos internacionales.
Se refirió también a la financiación pública en este momento, “sin precedentes”, lo que debería implicar un retorno a lo público, “que el conocimiento financiado con fondos públicos sea compartido” y lamentó que esto no esté sucediendo.
La conferencia fue presentada por Irene Bernal, responsable de incidencia política en acceso a medicamentos de la Fundación Salud por Derecho y coordinadora de Políticas de la campaña No Es Sano. Bernal destacó la importancia de anteponer las necesidades al beneficio. “Es una cuestión de voluntad política. Se puede hacer mucho más. Las reglas del juego han cambiado, especialmente porque hablamos de vidas de personas”. Asimismo, aludió a los derechos de
propiedad intelectual que “se consideran un incentivo” y mencionó el “desequilibrio entre los intereses
farmacéuticos y los intereses públicos”.
Ellen ‘T Hoen es una experta en patentes de medicamentos, un tema que también abordó en su participación en la Escuela de Salud Pública de Menorca. Reconoció su importancia y su valor “como herramienta para crear beneficio para la sociedad y ampliar la innovación”, aunque lo cierto es que “no siempre se comparte con la sociedad”. En este sentido, se mostró crítica con la Unión Europea de la que dijo “es muy generosa” con las exclusividades del mercado y cada país establece sus reglas.
La pandemia de Covid-19 ha aumentado el interés por las patentes de licencia obligatoria. La doctora Hoen mencionó el caso de Alemania, que modificó la ley de patentes para permitir licencias obligatorias mínimas para problemas de salud o Chile, donde se declaró que el coronavirus justifica su uso para facilitar el acceso a vacunas, medicinas, diagnósticos, aparatos, provisiones y otras tecnologías.
También comentó el problema con los medicamentos y, concretamente, aludió al caso de remdesivir. No habló de su importancia médica sino de las lecciones que se pueden extraer de lo sucedido. “La utilidad del
remdesivir es limitada, se espera el desarrollo de productos mejores”, señaló Ellen ‘t Hoen, y “el precio que
que se le ha puesto es absolutamente desproporcionado en relación a su coste de producción”.
A pesar de todo, de que “no se puede negar que las industrias farmacéuticas tienen un poder enorme”, dice ser optimista, porque después de tantos años de trabajo “he visto mucho cambio en las políticas de las farmacéuticas”.
Convencida de que el “optimismo también lleva al cambio”. En un momento como el actual, donde se hace tan necesario el acceso a la medicina, lo importante “es que afecta a todo el mundo, o potencialmente a todo el mundo. Esto es lo que puede mover al cambio. Es un problema global que afecta a todos y los países desarrollados tienen que darse cuenta”.