Estos días se ha generado una considerable polémica a causa de un vídeo en el que cuatro sanitarias del hospital Joan XXIII de Tarragona escenifican la muerte de una de ellas con posterior resurrección y todas bailando al son de la música que se ha hecho famosa de un meme del grupo de bailarines fúnebres africanos de Benjamín Aidoo, que se dedican a bailar con los féretros en ceremonias que se entienden como una última fiesta dedicada a la persona difunta, con el objetivo de paliar la percepción de tristeza de los asistentes y recordarla con alegría.
Una de protagonistas del vídeo cometió el error que suele cometer mucha gente en estos tiempos que nos ha tocado vivir, consistente en subirlo a una red social, al parecer en concreto a Tik Tok y, a partir de ahí, un usuario de Twitter lo reprodujo con un comentario de repulsa, criticando lo que él consideraba una burla hacia los muertos por parte de enfermeras de un hospital “donde están ingresados unos conocidos”.
La aclaración es curiosa, ya que parece que lo que le molesta al twittero no es tanto la acción en sí misma, sino el hecho de que en el hospital estuvieran ingresados “unos conocidos”, tampoco sabemos en qué grado de conocimiento, porque no se refiere a familiares, ni a amigos, sino a conocidos. Resulta hasta cierto punto conmovedor que se enoje por lo que considera, supongo, una afrenta a unos simples conocidos, personas, según la definición de conocido, con las que se tiene cierto trato, pero no amistad.
A partir de ahí se ha producido toda de una serie de comentarios y opiniones mostrando desacuerdo, disgusto e incluso indignación por el video de las infortunadas y un tanto inconscientes enfermeras. En este país siempre ha existido una tradición de humor negro, de la que han surgido chistes, relatos, novelas, obras de teatro, películas y shows de televisión en las que se hace burla o befa, con más o menos gracia y buen gusto, de la desgracia, de la enfermedad y de la muerte.
Los profesionales sanitarios tenemos especialmente agudizada esa tendencia al humor negro, comprensible entre quienes se pasan la vida trabajando con la enfermedad y con la muerte, y el humor no deja de ser una válvula de escape psicológico, necesaria en muchas ocasiones para aliviar la tensión del trabajo diario. Considero, por tanto, que la reacción contra las enfermeras del vídeo es desproporcionada y hasta cierto punto puritana y mojigata. La muerte es parte indisoluble de la vida, y reírse de la muerte, de la muerte en general, no de la muerte de alguien en particular, es tan lícito como reírse de la vida.
Las enfermeras del Joan XXIII no se están burlando de la muerte de ningún paciente concreto; están, en mi opinión, riéndose de la covid 19 e incluso escenificando la victoria contra la enfermedad con la resurrección de “la muerta” y su incorporación al baile festivo. Los profesionales sanitarios estamos a un tris de llegar al punto de saturación, así que una liberación de estrés humorística, aunque sea de humor negro, y es difícil que no lo sea, es necesaria de tanto en tanto.
Otra cuestión es que la performance se haya grabado en vídeo en las instalaciones del hospital y con el uniforme de trabajo, y que ese vídeo se haya subido a las redes sociales. Ahí las protagonistas han pecado de ingenuas e imprudentes, y puede ser que les caiga alguna sanción administrativa que, en cualquier caso, no debería, en mi opinión, de ir más allá de una reconvención sin más trascendencia.
Debemos ir mentalizándonos todos de que la covid 19 no desaparecerá ni se solucionará ni siquiera si se consigue una vacuna efectiva y que, por tanto, aun queda un largo tiempo de penuria y calamidad, y si no nos lo tomamos con un poco de humor, aunque sea negro, vamos a acabar desquiciados y siendo presas de la depresión o el estrés postraumático.
Mifalda diría “Binaventurad@s quienes se ríen de sí mism@s pues no terminarán de sonreir”.
… la utilización de la música de Astronomía del DJ ruso aquel, se suele hacer para escenificar situaciones en las que todo está a punto de salir mal, al contrario de lo que han tiktokeado las enfermeras esas… de entrada, lo han usado mal, por lo que el meme es raro cuanto menos… para mí que se han visto influenciadas por el estúpido nombre que alguien le ha puesto al centro sanitario, que no le pega, el nombre de un mandamás de una secta religiosa en vez de un científico o profesional de la salud… en fin… lo de escenificar una “resurección” imposible, pues no existe tal cosa, es un poco friki… por lo demás, de acuerdo, el humor no entiende de colores ni situaciones ni trabajos ni circunstancias… hay que reirse más de política, de la estúpida religión, de los colores futbolísticos y de la muerte, claro que sí… y al que no le guste, que se rasque…