Eran las 6:42 de la mañana del último día del año y no podía despedirse 2020 sin una noticia más en Menorca. Un temblor del fondo del lecho marino que registró el Instituto Geográfico Nacional.
Los sismógrafos registraron que había sido de 3,6 en la escala Richter, lo que explicaría que no se haya notado nada entre la población ni tampoco a nivel de repercusiones de movimientos destacados de masas de agua. Sin embargo, ha sido el más relevante del último mes en la zona y equivale (por fuerza) a la detonación de 455 kilos de explosivo TNT.
No es extraño que se sucedan movimientos sísmicos a lo largo del borde de las placas tectónicas, aunque éste no es el caso. Tampoco está cerca Petrijna (Croacia) y sufrió un terremoto de 6,4 que ha producido muchos daños materiales y también víctimas mortales. Curiosamente en marzo de 2020 también hubo un terremoto en Zagreb, aunque solo fue de 5,4 grados.
Las estaciones que recogen el movimiento de la corteza terrestre envían información constante y en tiempo real de los más pequeños terremotos o maremotos.
Según datos del Instituto Geográfico Nacional, la media máxima anual se sitúa actualmente en 4,5 grados de la escala de Richter. A partir de una escala de 5 los terremotos ya pueden ser perceptibles. Por ejemplo, el de Lorca (España) en 2011. Para un terremoto de entre 6 o 6,9 grados hay que esperar una incidencia de entre 25 o 30 años mientras que para uno superior a 7 no suele suceder más que cada 150 o 175 años.
La localización del sismo que se ha producido bajo el mar sucedió en la latitud 39.4045 y en longitud 5.2835
¿Por qué no se ha detectado un tsunami relevante? La física tiene una fórmula para calcular el movimiento de masa de agua que se desplaza por culpa de un maremoto.
En la fórmula se contemplan variables como la profundidad, la densidad del agua, la magnitud del movimiento, la fuerza de la gravedad y la distancia que recorre la ola (onda) que se genera.
El pasado 21 de mayo de 2003 en Argelia hubo un terremoto de más de 6 grados que generó un maremoto del que aún se recuerdan las consecuencias en Menorca. Lejos de este ejemplo hay el terremoto Sumatra-Andamán del 26 de diciembre de 2004 que generó un tsunami de magnitud de momento 9, que inspiró el film Lo imposible, afectando a una larga línea de costa por toda esa parte del Océano Índico y acabando con la vida de unas 260.000 personas.
