Las hijas de la cabecilla de esta organización criminal, una mujer de 70 años de edad, eran las que captaban a las víctimas en Guinea y las trasladaban a Menorca donde las obligaban a prostituirse. A las víctimas les conseguían documentos y certificados de nacimiento y las hacían pasar por nietas de la jefa de esta red. Esta red criminal ha operado en Menorca los dos últimos años, sin anuncios públicos porque trabajaban con clientes habituales, de confianza, y de forma esporádica, no masiva. El jefe de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de Palma, Gonzalo Calleja, ha comunicado que se están haciendo gestiones para identificar a estos clientes aunque reconoce que será complicado pero siguen las investigaciones para acusarles de un delito de corrupción de menores. Hay tres familias guineanas implicadas en este delito de trata de seres humanos con explotación sexual de menores, inmigración ilegal y falsificación documental. De momento se ha detenido a 7 personas que este miércoles pasaban a disposición judicial, aunque la Policía Nacional no descarta nuevas detenciones, algunas de ellas en Guinea, ya que la investigación continúa y se han abierto vías de colaboración con Policías de otros países. Las víctimas liberadas son 5, tres de ellas menores de edad, de 16 y 17 años, que estaban escolarizadas en la isla, y dos mayores de edad, aunque se espera encontrar más que hasta el momento no se han localizado. Están recibiendo atención psicológica por parte de los Servicios Sociales. Gonzalo Calleja cuenta que una de las menores intentó dejar la prostitución y la organización le amenazó con enviarla de nuevo a Guinea para ser controlada allí y seguir ejerciendo. “La presión que recibía la llevó a intentar suicidarse”. A estas mujeres las captaban en Guinea y les decían que en España vivirían mejor. Ellas llegaban a Menorca sin conocer su destino ni la deuda que luego la organización les reclamaba. Una de ellas ha manifestado que ha llegado a pagar hasta 100.000 euros porque los responsables de la red en Guinea maltrataban a los hijos que esta mujer tenía allí, “les sometían a vejaciones y les daban latigazos si ella se negaba a ejercer la prostitución”. Las operaciones para desarticular esta organización comenzaron el pasado mes de diciembre y la única ramificación que se ha descubierto en una pequeña con Barcelona desde donde se les facilitaba documentación falsa para algunas de las víctimas. |