La náutica de recreo ha ido sustituyendo a las peligrosas bengalas de socorro por otros dispositivos como luces láser, lámparas LED o luces estrobocóspicas que no están elaboradas con elementos explosivos o que generan altas temperaturas.
Los fundamentos de la seguridad en el mar para este tipo de embarcaciones estipula la obligatoriedad de un cierto equipo; la embarcación deberá llevar para la zona de navegación 5 (hasta 5 millas de la costa) tres bengalas de mano, baldes contra incendios para achique, una bocina de niebla, llevar pabellón nacional, espejo de señales, código de señales, botiquín, remo, inflador, bichero,…
En lo que hace referencia a las bengalas, tradicionalmente se venden las de fabricación pirotécnica. A día de hoy aún no se han retirado del mercado pese a que ya existen alternativas mucho más seguras e igual o más eficientes.
La conservación de estas bengalas pirotécnicas implican asegurar un uso correcto y responsable, que se mantengan secas y protegidas de los elementos exteriores, estar pendiente de su caducidad, de su buen uso y de desecharlas cuando ya hayan sobrepasado la fecha de su vida útil, lo que también supone un problema para los gestores que deben ocuparse de su tratamiento.
Cuando una bengala caduca, sigue siendo un elemento pirotécnico peligroso, más si cabe puesto que puede funcionar de manera errática. Tres son los artefactos que, según el tipo de embarcación y la zona por la que navegue, tienen tradicionalmente una base pirotécnica; el cohete lanza bengalas con paracaídas, la bengala de mano y la señal fumígena flotante.
En estos últimos años se están popularizando alternativas como los láser, las bengalas de luces LED o las luces estroboscópicas. Todas estas soluciones permiten la señalización para una maniobra de salvamento pero sin una base pirotécnica, con todas las ventajas de seguridad y manejo respecto a las variantes explosivas.
Las señales prescritas en el Reglamento Internacional para prevenir los abordajes de 1972 aún citan el disparo de un cañón como señal de aviso o la utilización de cohetes o granadas como elementos para llamar la atención. Ciertamente puedan ser útiles cuando no hay otras alternativas. Pero el caso es que las hay y no suponen disparos, pólvora o la utilización de explosivos.
Además, las bengalas tradicionales también tienen el inconveniente de que su uso se reduce a unos 30 segundos en la mayoría de casos, poco tiempo para hacerse ver en una situación de peligro, por ejemplo en medio de un estado de mala mar mientras tu embarcación se está hundiendo.
Alternativas como las luces LED para náutica son unos dispositivos pequeños, ligeros, flotantes y con una carcasa que está fabricada con un composite de un llamativo tono anaranjado especialmente resistente a los golpes y a los rayos UV.
Una cúpula traslúcida en su extremo permite la salida del haz de rayos láser (categoría 3R) a 20 º de angulación y barriendo a 240 rpm los 360º del horizonte durante cinco horas en pleno funcionamiento (más tiempo en iluminación atenuada) sin calor, sin llamas y sin recurrir a explosivos.
Su autonomía equivaldría al uso de 600 bengalas pirotécnicas y se consigue con las 3 pilas de Li-Ion que lleva en su interior. Además puede transportarse sin mayor problema con el equipaje en aviones comerciales y su utilidad va más allá de la náutica, ampliándose a todos los ámbitos de seguridad en actividades al aire libre.
